El calendario de las Fallas

No es tema menor, dado que la fiesta supone un impacto económico para Valencia de mil millones de euros, según las conclusiones del estudio presentado el pasado año por la Universitat de València por encargo del Ayuntamiento. Es mucho dinero y empleos.

En caso de hacer caso a los hosteleros, la próxima cremà sería el 18 de marzo y la festividad religiosa el 19. Serían las «Fallas perfectas» para hoteles y hostelería con el fin de atraer a visitantes extranjeros y nacionales. Estos últimos disfrutarían de un fin de semana de tres días, que ese es el tema. El turismo internacional va al alza, pero el 14% de todos los que acuden a Valencia es un porcentaje demasiado bajo para que entren en la ecuación del debate de manera relevante. Llegará el día 20 de marzo y el momento de hacer balance. El indicativo de la basura recogida será bueno de la gente que ha pasado por la ciudad, aunque los últimos años ha sido poco fiable. La cremà será un poco en familia, con los vecinos del cap i casal y los más aficionados del entorno. Los días de mayor negocio serán el sábado y el domingo anterior, mientras que el del 9 y 10 de marzo la cosa irá muy animada aunque sin fallas en la calle salvo algunas descargas en la sección Especial. Las verbenas ayudarán mucho al éxito de asistencia.

Todo eso se meterá en la coctelera y servirá para decidir qué hacer en 2025, donde la cremà será un miércoles. Ya les digo que no cambiará nada. Lo de adelantar el horario a las once de la noche fue un milagro que aplaudimos todos al recordar lo absurdo de que los bomberos acudieran a las fallas de riesgo a altas horas de la madrugada, estando ya en pleno día laborable. Por no hablar de salir de la plaza del Ayuntamiento después del protocolario saludo de los concejales a los bomberos, policías y barrenderos y encontrar una ciudad vacía, con las churrerías en plena limpieza y listas para ser llevadas a otra ciudad.

Valencia afronta un año complicado por el calendario. No es malo, pero tampoco el óptimo para un arranque de mandato con nuevo gobierno. Lo del récord de visitantes es más que difícil a pesar de lo goloso que es el titular de un millón de turistas, lo que es imposible, claro, aunque se repita con frecuencia cansina.

¿Cómo serán las Fallas de este año? Espero que civilizadas, respetuosas con el patrimonio histórico y sobre todo limpias. La masificación tiene cierta gracia para la foto, aunque el riesgo de morir de éxito está ahí. Ha pasado en otras ciudades, sobre todo las italianas, donde el colapso es continuo. Valencia está en la cresta de la ola del turismo y no paran de llegar licencias de obras al Ayuntamiento de hoteles y apartamentos pero según el estudio citado, la cuestión es más cómo gestionar esos días a las decenas de miles de personas del entorno metropolitano.

Será también la ocasión de evaluar a la nueva unidad de la Policía Local nacida al calor de las quejas vecinales por los botellones, aunque se dediquen a muchos más servicios. En realidad, el botellón está protegido por la ordenanza, que considera prácticamente a toda la ciudad exenta de la prohibición de beber en la calle. Así las cosas, no tengo muy claro lo que pretenden que hagan los agentes. Eso sí, si pudieran evitar que las paredes de la Feria del Libro de Ocasión se conviertan en el urinario de miles de personas, sólo eso ya sería un éxito.