La calle más fea de Valencia

Es difícil elegir a las tres más feas. Otros lectores me daban la razón con que el estado de las calles Marqués de Dos Aguas y Poeta Querol no tiene perdón, a pesar del grandilocuente título de 'Milla de Oro' por las tiendas de lujo que alberga, o albergada. Sus aceras bacheadas compiten con un arbolado descuidado y a la par con el aparcamiento que asemeja una campa más que otra cosa.

Pero los lectores eligieron la calle San Vicente Mártir y es lo que toca comentar. La asociación de Comerciantes del Centro Histórico y el Ensanche insisten desde hace lustros en la necesidad de una reforma integral de la avenida del Oeste, la plaza de San Agustín y ese tramo de la calle San Vicente Mártir, con un itinerario peatonal cómodo para los viandantes, que beneficie también a las tiendas de la zona. El Ayuntamiento lo tiene en proyecto y es deseable que no haya demoras, a ver si lo podemos ver algún día hecho realidad.

Dicho eso, si me permiten hay otras calles que entran en la categoría de feas. La calle Cirilo Amorós es una de ellas (de nuevo nos encontramos un aparcamiento sin más, con aceras en el espacio que queda), y sin salirnos del centro tenemos la misma calle Colón.

Es curioso que las calles más comerciales y exclusivas sean las más necesitadas de una reforma urgente. No es clasismo sino una realidad, aunque seguro que cualquiera me puede responder con que la calle donde vive está peor. Esto puede ser tan subjetivo como se quiera pero al final habrá que convenir en que hay que mejorar antes por donde pasan más viandantes en Valencia.

Todo esto vino a colación de la publicación de unos mapas donde se mide la distancia peatonal entre decenas de lugares en la ciudad, algo así como una incitación a caminar a la vista de que no hay tantos metros y que lo de «cerca-lejos» lo tenemos bastante mal entendido, con lo que forzamos a veces lo de coger el coche o la moto.

Sea como sea, la conclusión de las personas que comentaron la newsletter es que todo sería más fácil con calles cómodas. Una reivindicación obvia a la vista de algunos itinerarios. Este viernes conocimos el encargo del Ayuntamiento de remodelar por completo la planta viaria de la avenida Blasco Ibáñez (2,9 kilómetros) con la idea de reservar un carril para autobuses y taxis, de la manera que se hace con bolardos, pintura y otros pivotes. Blindarlo, en suma, y aprovechar eso para bajar el carril bici a la calzada.

Animo a que se haga lo mismo en la avenida del Puerto, donde claramente sobra un carril y falta espacio para los viandantes. Lo mismo que en la rotonda de la avenida Aragón, en la parte que va desde el puente de Aragón hasta la Alameda. Ese trozo es más que concurrido por turistas y vecinos, aunque como el carril bici pasa por la acera, les queda un espacio insuficientes.

Como dije, ejemplos hay muchos y todos podrían poner alguno de los itinerarios que hace habitualmente. Está el caso de la calle Xàtiva, justo delante de la estación del Norte. Un entorno maravilloso y es difícil encontrar un tramo de calle más feo e incómodo en Valencia. ¿Estás de acuerdo?