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Cómo es que en Valencia tardan tanto el metro y la EMT? Mi hija mayor vive en Rotterdam y pasa unos días navideños en casa. ... Siempre se sorprende cuando debe moverse por Valencia tras residir unos años en Barcelona y ahora en el país de los tulipanes, los canales y las bicicletas.
Tulipanes pero también líneas de tranvía y de Cercanías de confianza, transporte público en general que funciona bien, de los que apenas tienes tiempo de sentarte junto al andén porque el siguiente llega «próximamente». El comentario salió en una cena tras llegar el pasado jueves del centro de Valencia en el metro. El primero iba lleno y le fue imposible subir, mientras que el siguiente pasó 17 minutos después, toda una eternidad para una joven como todas las de hoy en día, acostumbrada a vivirlo todo de manera instantánea a golpe de pantalla de móvil.
El pasado sábado le ocurrió algo parecido en la EMT. Trece minutos en la parada y cuando llegó el autobús iba a tope, con los viajeros encajados como sardinas y un aroma a humanidad que tumbaba. Pues eso es pronto, le respondió alguien que vive y sufre en esta ciudad.
Ahora andamos preocupados en que los afectados por la dana reciban lo antes posible la compensación por la pérdida de sus coches, en el 99,9% de los casos para comprarse otro. No hay alternativas, ni siquiera se habla de nuevas líneas de tranvía que conecten todos los pueblos de una manera eficaz y rápida. Digo tranvía porque es una obra relativamente sencilla, aunque podríamos hablar de autobuses metropolitanos que pasen cada cinco minutos. Nada en ese sentido, a pesar de que la obligación de la Administración no es que los afectados se compren otros 130.000 vehículos, sino poner a su disposición la compensación el mejor sistema de transporte público de España. Así, luego cada vecino elegirá en libertad.
La EMT ha mejorado con el regreso de las líneas al centro de Valencia y la modernización de la flota pero no es suficiente. Metrovalencia sigue luchando contra los efectos de la dana, que levantó tramos completos de vías e inundó el puesto de mando hasta prácticamente el techo. Ninguna de las dos empresas se atreve con el desafío metropolitano aunque si algo hemos aprendido con la tragedia es que la ausencia de movilidad es la peor de las desgracias después de la pérdida de vidas humanas. Depender de la pista de Silla es muy triste y ver andando a los voluntarios porque carecían de alternativa, pues también. Una autovía, por cierto, sobre la que varios expertos indicaron que había actuado de barrera mortal al frenar el caudal que iba a la Albufera debido a esas medianas de hormigón sin «ventilación» ¿Se va a hacer algo para mejorar esa infraestructura o siguen las instituciones públicas quitando barro más de dos meses después de la tragedia?
El Ayuntamiento ha actuado de manera eficaz con los bonos gratuitos para todos los vecinos de las pedanías inundadas pero hay que dar un paso más allá, metiendo los autobuses en los municipios de l'Horta a la vista de la lentitud de la Generalitat en infraestructuras de transporte que de verdad supongan una diferencia con lo que ocurría antes del 29 de octubre.
El gran error del relato, palabreja de moda, es que debe repararse todo lo que había antes de la dana. Error porque lo que debe hacerse es mejorarse todo, empezando por las infraestructuras hidráulicas y pasando por todo lo demás. Si después de los miles de millones que requerirá la reconstrucción resulta que las esperas en las paradas y estaciones siguen siendo insoportables, entonces será que no habremos resuelto nada.
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