El fallido túnel de Serrería

Los sobrecostes en el presupuesto, en parte porque se añadieron más encargos y también por no acertar con la cantidad de agua que discurre en el subsuelo de Valencia y su efecto en la obra, hizo que la siguiente fase del túnel se quedara en un cajón. No hay más dinero, ordenó el entonces ministro de Transportes, Josep Borrell, para desgracia de los vecinos de Nazaret y del resto de Valencia, que siguieron incomunicados con esa parte del litoral. Igual que pasará ahora.

El portavoz de la asociación vecinal de Nazaret, Julio Moltó, conoce bien esa historia y la cuenta a quien le pregunte. Se quedaron con la miel en los labios tras pensar con cierta ingenuidad que desaparecería la barrera de hierro desde la prolongación del paseo de la Alameda hasta el sur, más allá de viejo cauce del Turia.

Hace unos días, la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, anunció una solución «de consenso» con el ministro de Transportes, Óscar Puente, para prolongar el túnel de Serrería hasta el cruce con el camino de las Moreras en lugar de llegar hasta la autovía de El Saler. Aduce para ello el segundo «complejidades ferroviarias» que descartan la opción más larga, en teoría por la cercanía del tendido que conduce hasta los muelles del puerto.

Parece un sarcasmo más para los vecinos de Nazaret y La Punta, que han visto cómo se reducía su espacio en favor de más muelles y la desértica ZAL. Dado que llevamos 33 años dándole vueltas a la prolongación del túnel de Serrería, se ha adelantado la ampliación ferroviaria sur del puerto y ahora no hay nada que hacer.

Nada según el ministerio, dado que los vecinos no tienen ni un mapa con las alternativas elaboradas por la empresa Geocontrol, adjudicataria en enero de 2020 del contrato para el estudio de las opciones del túnel. Moltó y varios más se reunieron con el secretario autonómico de Infraestructuras, Vicente Dómine, y con el concejal de Grandes Proyectos, José Marí, y salieron de la sala sin un mal papel, se entiende que porque los citados no los tenían.

Para llegar a la conclusión de que el túnel llegará hasta el camino de las Moreras no hacía falta esperar tanto. El pliego de condiciones del concurso ya decía que la alternativa 3 produce «afecciones al ramal ferroviario que comunica con el puerto de Valencia».

La decisión todavía no es definitiva y en septiembre empezarán a negociar el Ayuntamiento y el Ministerio de Transportes, pero mucho debe cambiar para que se considere llevar el túnel hasta la autovía de El Saler. En cifras, la decisión de «consenso» habla de prolongar 930 metros en subterráneo y la que beneficia a toda la ciudad, como dice acertadamente la presidenta vecinal, María José Broseta, alcanzaría los 1.628 metros. La diferencia, según lo que se ha publicado dado que no hay documentos oficiales en ningún portal de transparencia, costaría unos 50 millones de euros.

Esos 698 metros impedirán que La Punta vuelva a estar unida y también eliminarán una zona de desarrollo inmobiliario en Valencia. No nos engañemos, allí sólo hay naves industriales y restos de fábricas. Dentro de 33 años otras personas se lamentarán de lo que está ocurriendo ahora y se preguntarán porque tropezamos siempre con la misma piedra.