Llega la nueva avenida Pérez Galdós en Valencia
La dana ha tapado la tramitación de la reurbanización, a la que aspiran once ofertas y que se convertirá en la «piedra de toque» de este mandato para la alcaldesa Catalá
El concurso de obras para la reforma de las avenidas Pérez Galdós y Giorgeta está ya en el horno y cocinándose a fuego vivo. Cierto ... es que su tramitación ha pasado por completo desapercibida debido a la coincidencia con la dana, pero es seguro que se convertirá en la reurbanización más emblemática del gobierno municipal de María José Catalá este mandato, con permiso de la plaza del Ayuntamiento y lo que depare las modificaciones en marcha y el consejo asesor.
El proyecto que ha salido a concurso para su ejecución fue aprobado por el consistorio el pasado 4 de octubre, apenas tres semanas antes de la dana del día 29 del mismo mes. A pesar de esa tremenda modificación en la hoja de ruta, el gobierno municipal ha ido cumpliendo los plazos y son once las ofertas que ya están evaluando los técnicos. El presupuesto es muy alto, 27 millones de euros más IVA, y en síntesis supone la transformación de la planta viaria de las dos avenidas desde la Pechina hasta el paso elevado de Giorgeta, además de todos los cruces de las transversales. El paso inferior se mantendrá abierto con el argumento de que su eliminación supondría un sobrecoste insoportable, además de un problema de tráfico mal calculado por el anterior gobierno municipal. Por el contrario, Compromís y PSPV aseguran que la supresión es viable y que este cambio podría afectar a las subvenciones europeas logradas para las obras, vinculadas a una reducción sustancial de la polución.
El caso es que a día de hoy se desconoce si el Ministerio de Transportes tomará alguna medida o incluso si pasará en instancias europeas. En la plataforma de la mesa de Contratación no aparece nada de esto, ni un asomo de suspensión del proceso, con lo que todo sigue su rumbo hasta la adjudicación del gran proyecto.
A la espera de conocer las mejoras de la adjudicataria, el plazo de ejecución es de 14 meses, con lo que esta reurbanización será una de las principales tarjetas de visita o piedra de toque, como se quiera denominar, con la que la alcaldesa María José Catalá se presentará a la campaña electoral en mayo de 2027. Ella o cualquier otro candidato del PP, dado que las aguas están más que revueltas en la Generalitat y su nombre aparece en las quinielas para sustituir a Mazón.
Ya les anticipo que la reurbanización no quedará a gusto de todos, eso es más que difícil. La plataforma vecinal que aboga por la eliminación del paso inferior criticó que se mantenga al considerar que no se reducirá el tráfico ni la polución que sufren. En cuanto a la circulación en superficie, habrá una merma del número de carriles al ganar espacio para aceras, carril bici y árboles.
Pueden considerar que la reforma de la avenida del Oeste es más simbólica para Valencia. De acuerdo, pero la de Giorgeta y Pérez Galdós afecta a más vecinos, con lo que tendrá mayor repercusión electoral. De la diligencia en la ejecución de las obras y su resultado se aprovechará el gobierno municipal, en realidad el PP porque Vox en este asunto ha metido poco o nada la cuchara. Y de la falta de eficiencia sacará rédito la oposición, además de que no descarto algún movimiento desde el Ministerio dirigido por Óscar Puente, sabedor de que lo que ocurra en Valencia en el escenario electoral los próximos comicios será decisivo para el Gobierno de España.
Para el que suscribe, lo importante es que las obras sean lo más ágiles y flexibles posibles para no vivir un atasco diario en esas avenidas. Eso ya sucederá en 2027 cuando derriben el paso elevado de Giorgeta por la construcción de los túneles ferrovarios por si todavía no había caído en la cuenta.
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