Problemas eternos

Otro tanto digo de la gestión del tráfico de la ciudad, que se sitúa en el segundo puesto de la fatídica pregunta para cualquier gobierno municipal «¿Me podría decir cuál es el principal problema que tiene la ciudad de Valencia en estos momentos?». Es cierto que la proporción es la mitad respecto a la falta de limpieza, aunque coincide con los días más complicados para el tráfico, dado que el centro no se convertirá en peatonal hasta el día 16. Estamos en el punto crítico en el que las carpas, las churrerías y el vallado coinciden con la vida rutinaria de miles de personas y no hay manera de coincidan los intereses.

Y en tercer lugar de las preocupaciones vecinales aparece un viejo conocido de las Fallas: la seguridad ciudadana. Completa el podio y en las fiestas aparece sobre todo en forma de vandalismo. Sólo hay que echar un vistazo a lo ocurrido el pasado fin de semana alrededor de la Lonja y los Santos Juanes. Es de esperar que el anunciado refuerzo policial tenga la efectividad esperada. Segundo deseo junto con el de la limpieza.

Mientras, sirva la enésima campaña de concienciación del Ayuntamiento para que el respetable sea prudente con los petardos. Más multas y menos cartelería es lo que hace falta, como piden los comerciantes y las asociaciones de conservación del patrimonio. Los 750 euros de multa de los que avisó la alcaldesa María José Catalá por miccionar sobre la piedra noble de un monumento es lo único que se entiende con claridad.