Cualquier ordenanza es papel mojado si no va acompañada de inspecciones para que se cumpla el régimen sancionador. Eso lo sabe todo el mundo pero ... especialmente las asociaciones de vecinos en Valencia. De ahí que esta haya sido su primera reacción al conocer el borrador de la normativa que regulará los hoteles y los apartamentos turísticos. O sea, sí a las restricciones pero reivindicación de un control estricto de las actuales viviendas turísticas.
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Este asunto hace ya años que está en menos de los abogados, dado que los planes urbanísticos, como el de Ciutat Vella, fueron llevados al juzgado. Pero las entidades vecinales también se quejan de que el Ayuntamiento aprueba limitaciones sin que luego haya recursos suficientes para comprobar que todo el mundo cumple con la ley. Es el caso del Cabanyal-Canyamelar, donde las peticiones de licencias para abrir apartamentos y hoteles se han disparado los últimos meses hasta llegar al ridículo.
Así las cosas, la primera cuestión antes de opinar sobre si es adecuada la limitación del 2% de plazas de apartamentos en comparación con el número de vecinos empadronados, o la aceptación total por parte de la comunidad de propietarios, debe estar precedida por una pregunta obligada: ¿Cuántas viviendas turísticas hay en Valencia? El gobierno municipal dijo el viernes pasado que estiman unos diez mil los apartamentos ilegales que están registrados en las plataformas de alquiler, una cifra muy alta. Baste decir que la Fundación Visit València tiene en su estadística mensual un número sensiblemente inferior y la Conselleria de Turismo inició hace meses una revisión del registro donde está dejando fuera miles de casos.
Está claro que si en el Marítimo se han presentado medio millar de licencias para apartamentos y hoteles en apenas unos meses, es que los vecinos han pasado a un segundo plano. Frente a esa circunstancia, la limitación total de nuevas aperturas es algo obligado. Nadie por ejemplo imaginó hace unos años lo que iba a ocurrir con las plantas bajas y todos dábamos más importancia a otros aspectos de la normativa. Huelga decir que han sido la sorpresa en el sector y que han provocado hasta la preocupación de las asociaciones de comerciantes al acaparar más locales que los cerrados desde hace lustros.
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Esto sólo justifica el cerrojazo desde el Ayuntamiento hasta que se hagan números de verdad. El turismo se ha convertido en un animal todavía muy lejos de ser domesticado y cualquier vacío en la normativa es aprovechado con una casuística tan variopinta que cuesta de creer en los barrios más insospechados.
¿Es exagerada la limitación de las nuevas licencias? Desde el gobierno municipal señalan que será la más restrictiva de España. Lo dicen como algo positivo, aunque para mí no lo es tanto. Ni quiero la más prohibitiva ni la más blanda, que deje prácticamente todo en manos del mercado. Creo que debe analizarse la situación barrio a barrio, como dijo en una reunión hace tiempo la alcaldesa María José Catalá. Y entonces ver dónde se puede crecer y dónde se ha llegado al tope.
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También me interesa mucho conocer la opinión del sector. Hosbec, la Unión Hotelera, la Federación de Hosteleria, la Asociación de Alquiler Viviendas Turísticas de Corta Estancia o cualquier otra entidad que represente los intereses de estas empresas, que en mi opinión han contribuido también a generar riqueza en Valencia. Simplicar todo a que son unos demonios con rabo y cuernos, causante del incremento del precio de los piso es exagerado y, por lo tanto, falso.
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