La Valencia diseminada

El presupuesto es alto y supera los 115.000 euros, lo que denota que el gobierno municipal se lo ha tomado en serio, a falta de adjudicar el encargo a una de las tres empresas invitadas. El Servicio de Investigación Arqueológica tiene mucho trabajo adelantado, sobre todo con un estudio de 2021 donde indica lo que había en la Tortada y lo que está identificado de sus restos. El antiguo mercado subterráneo fue construido en 1931 y apenas estuvo en pie tres décadas. En 1961, el entonces alcalde Rincón de Arellano decidió demolerlo para destinar ese espacio a un aparcamiento y justificando que hacía falta la zona despejada en Fallas.

Hasta en once lugares de Valencia y su área metropolitana están identificados los restos de la Tortada, apunta el estudio. Algunos son conocidos por el gran público como las cinco columnas completas que se alzan en la avenida Reino de Valencia, a la altura de Mestre Racional, envolviendo el monumento a los «maulets».

Otros, en cambio, han pasado mucho más desapercibidos, como la basa y dos piezas de tambor de una columna depositadas en un pequeño jardín entre la avenida del Cid y la calle Dos de Mayo. Sorprende la habilidad de recurrir a piezas almacenadas para el ornato de zonas nuevas en Valencia.

En un solar propiedad de Ferrocarrils de la Generalitat se esconde un verdadero «tesoro», según asegura la asociación Círculo por la Defensa del Patrimonio Histórico, con lo que completar el rompecabezas de la Tortada sería casi posible. En todo caso, falta la cuestión final y es si todo eso es factible integrarlo en la plaza del Ayuntamiento, donde hay que recordar que la urbanización actual es más que provisional.

Uno de los lugares más transitados de Valencia (por los turistas, seguro), luce todavía un diseño encargado por la EMT, como lo oyen, que intentó corregir en cierta manera la delegación de Urbanismo con un pavimentado nuevo y mobiliario, pero no es de recibo,

No es de recibo que eso siga así. Lo que se hizo tiene su mérito y ha tenido mucha utilidad, aunque ya toca definir la remodelación definitiva. La propuesta ganadora del concurso, coordinada por el arquitecto Miguel del Rey, está ahí para que sea desarrollada como proyecto, a ser posible este año.

De lo contrario, pensando en todos los trámites que debe cumplir el diseño tanto en el Ayuntamiento como en la Generalitat, además de los lógicos cambios que pida la alcaldesa María José Catalá, el asunto se arrastrará a lo largo del mandato y será difícil ejecutarlo a corto plazo. El encargo sobre la Tortada tiene una duración de dos meses y medio, un plazo en el que ya deberían tomarse decisiones sobre las obras.

La remodelación de líneas de la EMT ha sido el primer paso y el segundo debe ser cómo mejorar la plaza para los viandantes. Presupuesto hay y ganas también a tenor del interés por la Tortada de Goerlich.