Un VAR para las fallas

El orden de las fallas no ha sido del agrado de la mayoría de los que han quedado del segundo para abajo. Algunos lo han expresado con vehemencia (en mi opinión, no tocaba tanta gesticulación) y otros con su ausencia, que eso al final duele más.

¿Qué solución hay para 2025? Ya tiene otra tarea el concejal de Fallas, Santiago Ballester, aunque yo metería a todos los presidentes de Especial en un cuarto y les diría; «Saldréis cuando me déis la solución». Algo así como la elección del Papa.

En el fútbol inventaron el VAR para tratar de ofrecer algo de objetividad con las decisiones arbitrales, aunque los que entienden dice que sigue habiendo zonas grises, abiertas a la interpretación de cada cual.

La cuestión es que en las Fallas eso no es posible, a no ser que quitemos el jurado de Especial (en las otras categorías nunca hay tanto lío) y pongamos en su lugar una inteligencia artificial que decida, en función de todos los datos e imágenes que le pasen sobre qué proyecto es el de mejor calidad para que haga el listado de premios.

Eso no será así por fortuna, con lo que es mejor lamerse las heridas y probar suerte de nuevo en 2025. Yo, de momento, volveré antes de la cremà para hacer el ruedo otra vez de la falla de Pedro Santaeulalia para Sueca-Literato Azorín. Hacía mucho que no me reía tanto ni hacía tantas fotos como me ha ocurrido con la ganadora de Ingenio y Gracia en Especial, un premio al que le doy más importancia cada año. Como se suele decir, no deja títere con cabeza en cada escena y eso es, señores y señoras, la misma esencia de las Fallas.