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Qué pena lo del sábado pasado. Les confieso que no recordaba un ambiente así -en liga- hacía muchas temporadas. Y no me refiero a los ... partidos puntuales contra los grandes. Ya sabemos que esos días Mestalla tiene una atmósfera especial. Me refiero al ambiente de ilusión por objetivos importantes en la liga que existía otra vez en la ciudad. Días de esos que hacía muchos años no vivíamos. Una pena tener que echar la vista atrás para encontrar algo que debería ser lo normal en el Valencia CF. Pero no podemos vivir de espaldas a la realidad y, con Peter Lim, son muchos más los años de mediocridad que los de éxito en el campeonato regular. Si a eso le sumamos lo inesperado de la temporada de los chicos del Pipo tenemos el cóctel perfecto para la borrachera de ilusión que había el sábado en Mestalla. Y, quizá por eso, la sensación de derrota fue también mucho mayor que en cualquier otro partido.
Por fin Mestalla veía un partido de los grandes con objetivos grandes... y se perdió. El Betis fue mejor y ganó con un Isco superlativo. El VCF peleó -y a ratos pudo incluso remontar el partido- con jugadores súper inesperados. Es la diferencia entre un club con proyecto y un club con Peter Lim. El partido nos debe llevar también a valorar la gigantesca temporada de Baraja con una plantilla muy inferior, en número y calidad, a las que tienen sus rivales directos por Europa. Betis, Real Sociedad y Villarreal están a una distancia sideral en cuanto a plantillas... pero no en la clasificación. Conviene recordarlo el mérito.
Dicho lo cual, la sensación de Mestalla al terminar el partido fue proporcional a la semana previa; ilusión grande, bofetada gigante. Y yo, la verdad, no lo veo así. La pelea europea es una realidad hace semanas para el Valencia. Perdió en Villarreal y no pasó nada. Empató ante el Mallorca y no se cayó del barco. De hecho, ganó después dos partidos consecutivos fuera en Granada y Pamplona. Así es esta liga; no se pueden hacer pronósticos. Ganar hoy y perder mañana es -y va a seguir siendo- norma habitual de aquí al final. De hecho, si miramos el resto de la jornada, casi todo fue bien para los intereses valencianistas. La Real no pasó del empate en Getafe y eso posibilita que el VCF siga dependiendo de sí mismo para llegar a Europa (recuerden que hay un Real Sociedad-VCF y un Betis-Real Sociedad pendientes de disputa). Pero, por si fuera poco, los dos próximos rivales en casa -Rayo y Alavés- más el Celta -última visita del año- ganaron los tres sus partidos decisivos para la salvación. Con lo que, casi con seguridad, llegaran salvados a Mestalla los dos primeros y el VCF viajará a Balaídos la última jornada sin nada en juego por parte de los locales. ¿Saben ustedes lo importante que es eso en las últimas jornadas de cada liga? Claro que lo saben; normalmente este tipo de partidos los acaba ganando el que se está jugando algo. Así que hagan las cuentas; de los seis partidos que le quedan al VCF cuatro son contra equipos que no se van a jugar nada. Sí, he dicho cuatro; porque a Rayo, Alavés y Celta hay que sumarle que la temporada terminó en Barcelona tras la derrota en el clásico y en el Barça están ya hablando solo del próximo curso, si Xavi sigue y a quién ficharán. Vamos, que ganar al Barça es siempre muy difícil pero ahora seguro que un poquito menos.
Sonrían. Se perdió ante el Betis, cierto. Pero hay muchos argumentos y motivos para ser optimistas en lo que queda de competición. El Valencia se ha ganado que confiemos en él para gestas imprevisibles. Hay partido. Mucho partido.
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