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He escuchado ya dos veces al Pipo hablar de su vestuario en los siguientes términos «nos tiene que doler perder». Y las dos veces me ... he preguntado lo mismo «ah, pero... ¿Qué no les duele?». Me parece inconcebible que un vestuario de primera división no sufra en las derrotas. ¿Y Baraja qué responsabilidad tiene en eso? Porque a él sí le duelen las derrotas. El asunto no es baladí porque refleja un montón de cosas que, aunque no las veamos, imaginamos en la atmósfera del vestuario. Algo está pasando ahí dentro, no hay duda. Y no hablo de las derrotas, que siempre enturbian el ambiente. La pretemporada ya dejó entrever que algo había cambiado respecto a la temporada anterior. El VCF ganó en pretemporada los mismos partidos que ha ganado en temporada. Es más; el actual Valencia ha ganado los mismos partidos en ocho jornadas que los que ganó en las últimas ocho de la temporada pasada.
Hay que analizar qué pasa ahí. Los problemas vienen de atrás y parece obvio que no se han solucionado en verano; tampoco es muy difícil pensar que con un millón y medio de euros de inversión pocas cosas vas a cambiar. Pero, a sabiendas que Lim es el culpable de todo lo que pasa a nivel estructural en este club y que eso no cambiará hasta que se marche, analicemos lo coyuntural por un momento. Y lo coyuntural es Baraja con esta plantilla. Yo, sinceramente, creo que el Pipo encontrará el camino como lo encontró el año que salvó al VCF del descenso y como le hizo lucir gran parte del curso pasado. Lo creo por convicción... y porque quiero creer en un futuro mejor.
Pero la tormenta singapurense no debe ocultar absolutamente algunas cosas. Por ejemplo, ¿hay mejor plantilla que el curso pasado? Yo siempre creí que atrás es peor y del centro del campo hacia adelante es mejor. Pero, más allá de nuestras opiniones, está la del entrenador. Baraja renovó entre otras cosas -lo dijo él- bajo la promesa de que no le desmantelaran la columna vertebral de jugadores que ya tenía y los tiene aquí a todos. Porque no llegaron buenas ofertas... pero están. Baraja pidió tres ventanas a Rafa Mir -pese a su rendimiento en las últimas temporadas- y por fin llegó. Del presente de Rafa Mir ni hablo; cero. Y Baraja no quiso a Cenk ni Cömert -que eran propiedad del VCF- a cambio de Tárrega y el que después llegaría Caufriez. ¿Son errores? No. Son decisiones del Pipo. Y no entiendan mal; Baraja no elige a los jugadores que llegan, solo se ajusta a un presupuesto que no existe. «¿Quieres jugadores? Que sean gratis. Y a partir de ahí elijes». Y, claro, qué va a elegir el hombre. Pero, dicho esto, tampoco se puede negar que en la plantilla hay muchas condiciones que él puso -o pidió- y que se han cumplido. Y, en cambio, el rendimiento de la plantilla no se parece ni de lejos a lo que se podía esperar.
Porque, seamos sinceros, ¿alguien esperaba al VCF penúltimo con la misma plantilla que terminó el año pasado más algunos retoques? Supongo que la mayoría no. Seguro que Baraja tampoco. No nombro a nadie más del club porque son todos unos caraduras que matarán al Pipo para salvar su trasero. Pero, tratando de ser objetivo, este año el entrenador aún no está sacando rendimiento a sus jugadores. Y, si era el responsable positivo el año pasado, no puede desaparecer de la ecuación si las cosas no funcionan ahora. Estoy seguro de que él pensará lo mismo porque es el único cabal y responsable que hay ahora mismo en el VCF. Del mismo modo que estoy seguro de que encontrará el camino. Ya lo ha demostrado.
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