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Hace un mes vivimos una de las mayores vergüenzas que se recuerdan en nuestra España futbolera. Pero, como la vergüenza llevaba la camiseta del Real ... Madrid, los avergonzados acabaron siendo el Valencia, el estadio de Mestalla y los valencianistas. Porque, en un país con racistas pero no en un país racista, las mentiras y manipulaciones interesadas colocaron a toda una afición y a un club a los pies de los caballos. Por culpa de unos cuantos imbéciles en la grada y una vergonzante campaña posterior de Vinicius -y mucha más gente apoyándola- basada en una falsedad se convirtió a Mestalla en lo que no es.
No hace falta que recuerde que sigue rulando por ahí un vídeo manipulado de Vinícius que, donde un estadio le llama 'tonto, él colocó subtitulado 'mono'. Y, como es Vinícius y juega en el Madrid, la mezcla hizo estallar una bomba nuclear que terminó con el alto comisionado de la ONU condenando lo que nunca pasó. La famosa post verdad tan de moda últimamente. Lo peor es que el daño de Vinícius es ya irreparable para un país -eso es lo que mucho mente corta no entiende- que ha sido señalado ante el mundo como racista por culpa del brasileño. El mismo Vinícius que terminó el partido en Mestalla agrediendo a un contrario, mandando a Segunda División a todo el estadio y además siendo indultado por su agresión días después en un acto sin precedentes. ¿Denominador común? El Real Madrid.
Vinícius ha sido víctima de gritos racistas en Mestalla. Cierto. Como le pasó en su día en Mallorca y también en Valladolid. Si se hubiera marchado del campo esos días yo me habría ido con él. Es un mal endémico de nuestra sociedad y algo que erradicar entre todos. No valen medias tintas con eso.
Me pareció correcto que se cerrara la grada de Mestalla y espero que ocurra en todos los campos a partir de este precedente. En España hay racistas, hay una alarmante falta de educación -cada vez más- y hay imbéciles que tratan de dañar con argumentos racistas. Pero España no es racista aunque haya racistas. Igual que hay delincuentes y no nos convierte a todos en chorizos.
En resumen: sin duda, hay que apoyar a Vinícius en su lucha contra el racismo y, paralelamente, no hay que tolerar tampoco de Vinícius sus faltas de respeto constantes en un campo y sus mentiras fuera de él. Ambas cosas son perfectamente compatibles.
Y dicho esto... ¿qué hacemos con lo de ahora? Porque lo último ha sido los insultos racistas de aficionados del Real Madrid contra James Nnaji en la final de la ACB y que ha denunciado su coach Saras Jasikevicius comparándolo con el tema Vinícius. ¿Y ahora qué? ¿Se va a cerrar el Pabellón de Real Madrid? ¿Se va a llamar racista al Real Madrid o a toda la afición del Real Madrid? ¿Se va a posicionar la ONU, la OTAN, el Corcovado o la Estatua de la Libertad? ¿Se va a iniciar una campaña brutal de la capital de España para proteger al jugador del Barça? ¿Se van a pronunciar los políticos españoles tras el ataque de parte de afición del Real Madrid a un jugador del rival?
Les contesto yo con otra pregunta: ¿Le ha pasado a un jugador del fútbol del Real Madrid? ¿No es un jugador de fútbol? ¿No es del Real Madrid? Pues ya tienen la respuesta.
Este país solo protege en el deporte a unos verdugos para convertirles en víctimas. Deben ir de blanco y jugar en el equipo de Florentino Pérez. Sino, el tema pasará con la boquita pequeña y en apenas unas horas. Lo siento, Nnaji. El problema de España no es ser blanco. Es no vestir de blanco.
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