Según su certificado de nacimiento, el nombre completo de Pablo Ruiz Picasso (Málaga, 25 de octubre de 1881-Mougins, 8 de abril de 1973) era kilométrico: Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno Cipriano de la Santísima Trinidad Ruiz Picasso. El próximo sábado se ... cumple el 50 aniversario de la muerte de Picasso. Empezó a pintar Picasso a muy temprana edad. El gran paisajista valenciano Antonio Muñoz Degraín (1840-1924), uno de sus profesores en la ciudad de Málaga, no entendía las osadías pictóricas de su alumno. Definió así un paisaje juvenil de Pablo Picasso: «Parece un huevo escalfado». El futuro genio no se lo tomó muy a mal. Quizá lo consideró un elogio.

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Me sumerjo en las páginas de 'Conversaciones con Picasso. El arte no es la verdad. 1913-1966', editado por Confluencias, con la colaboración del Museo Picasso de Málaga (2020, edición de Rafael Inglada y prólogo de Emmanuel Guigon). «Todos sabemos que Picasso no fue, en absoluto, un teórico del arte, como lo fueron algunos de sus contemporáneos (Delaunay, Gris, Kandinsky, Matisse...). Acaso lo fue en la intimidad, cuando no se veía prisionero de un micrófono o ante una libreta de apuntes del 'interviuvador', como solían llamarse entonces a los entrevistadores». (Inglada).

Es cierto ese matiz: las personas con talento a veces dan lo mejor de sí, en el terreno de las ideas, cuando emiten sus opiniones en privado, sin temor a expresar matices y dudas polémicas. La libertad y la ausencia de miedos son muy creativas. Resulta castradora la obsesión por ser políticamente correctos. Esa cómoda obligación crea mentes rutinarias. «El lector tiene la oportunidad de descubrir en estas conversaciones a micrófono cerrado, la lucidez y las sólidas reflexiones de Picasso», afirma Guigon.

Anoto algunas insólitas opiniones del Picasso 'en confianza' reunidas en este volumen: «Ahora son otros jóvenes airados los que tienen sus propios locales favoritos y se manifiestan a favor y en contra del Nuevo Movimiento Artístico. ¡Son terriblemente enfáticos, terriblemente engreídos y están desquiciados por lanzar palabras, palabras y palabras!» (conversación con la historiadora norteamericana Kate Carew, 1869-1961). De vivir Picasso en la actualidad, no creo que se atreviese -ni siquiera él- a decir esas cosas.

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«Hay que sacar de su sopor al espectador, hay que sacudirlo, cogerle del cuello, que adquiera conciencia del mundo en que vive» (confidencias a la poeta Geneviève Laporte). Son expresiones en sentido figurado, claro, pero aun así resulta algo fuerte lo de sacudir a los espectadores de sus exposiciones para que vean la luz.

«El arte, tal cual fue entendido hasta el siglo XIX inclusive, ya está concluido, moribundo, condenado. La llamada 'actividad artística', con la misma abundancia que ostenta, no es más que la multiforme manifestación de su agonía» (declaraciones al escritor Giovanni Papini (Florencia, 1881-1956).

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«Para descubrir la personalidad de un artista», le comenta Picasso a André Warnod (crítico de arte, Francia, 1885-1960), «el método más seguro es hacerle trazar un círculo perfecto. No podrá, pero este círculo revelará su personalidad, su temperamento». ¡Voto a Bríos! Suena a consejo de 'la vieja del Visillo', de José Mota, dicho sea con todo respeto por mi parte hacia el gran Picasso.

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