La 39ª Gala de la Academia del cine español se celebrará mañana en Granada, presentada por las actrices Maribel Verdú y Leonor Watling. La ceremonia, que será televisada, guarda hasta el momento un secreto importante, aparte -obviamente- el de quiénes serán los galardonados con la ... preciada estatuilla en cada uno de los diferentes apartados.

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Nos referimos a otro misterio, que planteamos aquí con una pregunta muy concreta: ¿los premios Goya 2025 evocarán la trayectoria profesional de Amparo Rivelles (Madrid, 11 de febrero de 1925-Madrid, 7 de noviembre de 2013), cuyo centenario se cumplirá el próximo martes? Puede que sí y puede que no. El homenaje a la figura de Amparo Rivelles estaría más que justificado. Y no solo con motivo de su centenario, también porque en 1987 fue la primera actriz galardonada con el Premio Goya a la mejor interpretación principal por su papel en 'Hay que deshacer la casa' (José Luis García Sánchez, 1986, basada en la obra teatral homónima de Sebastián Junyent).

Hija de Rafael Rivelles (1895-1971; actor valenciano enterrado en el cementerio del Cabanyal) y de la actriz María Fernanda Ladrón de Guevara, (Madrid, 1897-1974), Amparo Rivelles tuvo una larga trayectoria profesional en el cine, el teatro y la televisión de España y México. En su primera etapa -años de juventud y consolidación profesional-, se convirtió en la gran estrella del cine hispano de la posguerra. En 1940, con apenas quince años, debutó en la gran pantalla con 'Mary Juana' (Armando Vidal, 1940).

Pocos años después lograría una enorme popularidad como diva romántica en películas taquilleras: 'Malvaloca' (Luis Marquina, 1942), 'Eloísa está debajo de un almendro' (Rafael Gil, 1943) Eugenia de Montijo' (Juan de Orduña, 1944), 'El clavo' (Rafael Gil, 1944), 'La fe' (Rafael Gil, 1947) ... En 'Alba de América' (Juan de Orduña, 1951) encarnó nada menos que a la reina Isabel la Católica.

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Triunfó en varias de las películas estelares del franquismo, pero Amparo Rivelles no fue nunca una actriz politizada. En ella predominaba un espíritu liberal. Bajo el impulso de su carácter abierto y en ocasiones arriesgado, y también por cuestiones sentimentales, decidió instalarse en México a finales de los años cincuenta para iniciar una nueva etapa profesional.

La arriesgada decisión no le salió mal: allí se convirtió, durante más de veinte años, en una estrella del cine, el teatro y también de la televisión, hasta el punto de estar considerada como 'La reina de las telenovelas mexicanas' por su potente trabajo, con su muy personal voz, en melodramas desmelenados que arrasaban en audiencias (cito dos de ellos: 'La madrastra', 1962, donde interpretó a una mujer acusada injustamente de asesinato, que años después quiere luchar por la verdad y recuperar a su familia, y 'El derecho de nacer', una de las versiones más famosas de este clásico, emitido en 1981-1982).

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En 2006 se retiró

De vuelta a España, la actriz madrileña con raíces valencianas protagonizó en 1982 la serie 'Los gozos y las sombras' (adaptación televisiva de la novela homónima de Gonzalo Torrente Ballester), dirigida por Rafael Moreno Alba y en la que interpretó al personaje de doña María Sarmiento. En esa serie tuvo como compañeros de reparto a Eusebio Poncela, Charo López y Carlos Larrañaga.

En el teatro, y hasta su retiro en 2006, Amparo Rivelles intervino en obras de Jacinto Benavente, Enrique Jardiel Poncela, Miguel Mihura, Jean Cocteau, Fernando de Rojas, Jean Giraudoux, Oscar Wilde y Alejandro Casona, entre otros autores.

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Este cronista sigue dándole vueltas a la incógnita cinéfila: ¿mañana se acordarán los premios Goya del centenario de Amparo Rivelles? Pronto lo sabremos.

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