Un genio de la comedia

Se cumple estos días el 120 aniversario del nacimiento del célebre actor. Archibald Alexander Leach, ese era su verdadero nombre, nació en Bristol, Reino Unido, el 18 de enero de 1904, y falleció en Davenport, EE UU, el 29 de noviembre de 1986, retirado ya del cine (no del teatro) desde hacía veinte años. En realidad, sí ganó un Oscar, pero fue en 1970 y por el conjunto de su carrera, no por una interpretación concreta. Por fin se reconocía, aunque tardíamente, la elegancia, el encanto y la precisión. Cuando esas virtudes actorales se impusieron, llegó a decirse de Cary Grant que actuaba bien 'hasta de espaldas'. Un elogio nada exagerado.

Compartió protagonismo con las más estratosféricas estrellas. Impresiona el simple recordatorio: Mae West, Marlene Dietrich, Rita Hayworth, Carole Lombard, Katharine Hepburn, Irene Dunne, Deborah Kerr, Ginger Rogers, Joan Fontaine, Ingrid Bergman, Grace Kelly, Sophia Loren, Leslie Caron, Doris Day, Audrey Hepburn... Según el American Film Institute, Grant es la segunda estrella masculina más importante en los primeros cien años del cine estadounidense. La primera es Humphrey Bogart (decisión discutible: ¿por qué no Clark Gable, Gary Cooper, James Stewart o el propio Cary?).

También es soberbia la lista de directores con los que trabajó Grant: Josef von Sternberg, Leo McCarey, Hitchcock, Frank Capra, Cukor, Hawks, George Stevens, Michael Curtiz, Delmer Daves, Richard Brooks, Mankiewicz, Blake Edwards, Stanley Donen... Una carrera prodigiosa. Siempre sugestivo y sin necesidad de tirarse por los suelos, simulando estar lleno de rabia y desolación.

En 'Mis inmortales del cine', afirmaba Terenci Moix (1942-2003): «No hay actor de Hollywood que, al enfrentarse al género de la comedia, no le haya buscado como maestro. Tom Hanks, en la actualidad, parece haber revisado todas sus películas, plano a plano. Pero aun antes, Cary Grant era la obsesión personal de Tony Curtis».

El director e historiador de cine Peter Bogdanovich (1939-2002) cuenta en el libro 'Las estrellas de Hollywood' (T&B Editores, 2017) que la carrera de Cary Grant se dividía entre las películas que hacía para aquellos directores a los que admiraba, como Hitchcock, Hawks o McCarey, y las comedias e historias familiares que escogía o ponía él mismo en marcha, como 'Los Blandings ya tienen casa', 'Operación Whisky', 'Suave como el visón'....

Bogdanovich finaliza su semblanza de Cary Grant con palabras de gran admiración: «Cuando uno piensa en las carcajadas, los perspicaces retratos del alma humana y el puro placer que proporcionó a millones de personas en todo el planeta por medio de aquellas películas proyectadas en la oscuridad, el conjunto supone un legado considerable. Nunca habrá nadie como él, ni siquiera parecido».

Esta semana volví a ver desde mi butaca cuatro estupendas películas de Cary Grant: 'La fiera de mi niña' (Hawks, 1938); 'Historias de Filadelfia' (Cukor, 1940); 'Encadenados' (Hitch, 1946) y 'Tú y yo' (McCarey, 1957). La próxima semana veré por séptima vez 'Con la muerte en los talones' (Hitch, 1959).