Joyas del cine de animación

El stop-motion es un sistema de animación basado en ir fotografiando y manipulando físicamente los objetos en cada fotograma. Al reproducir las fotos una a una y de forma seguida, la técnica fílmica crea el efecto milagroso de que el objeto se mueve.

Con 'Stop-Motion español. Historia del cine de animación, 1912-1975. Verbena en Muñecopólis' (2023), documentada investigación de Adrián Encinas en 408 páginas y con centenares de imágenes, la editorial valenciana 'Desfiladero' aborda la reivindicación de una manera poco conocida de hacer cine. El volumen tiene un prólogo del crítico cultural Jordi Costa y un epílogo de Pablo Llorens (Alcoy, 1967), cineasta especializado en el stop-motion y en la creación de aventuras de ciencia-ficción y mundos imaginarios. Jordi Costa afirma que 'Historia del cine de stop-motion español, 1912-1975' es un proyecto «realmente heroico, imprescindible en la biblioteca de todo amante de la animación».

Encinas nos cuenta los hitos principales de esa historia: 'Chomón desde Barcelona' (en el stop-motion hispano es fundamental la figura de Segundo de Chomón, Teruel 1871-París, 1929); 'La generación republicana: Fetiche, la película que lo cambió todo'; 'La pasión desbocada de Salvador Gijón'; 'Animación a todo color'; 'Vanguardia animada al servicio del cliente: A la luz de Philips'; 'Herederos de Moro'; 'Animación dimensional televisada'; 'La trilogía abstracta de Pellegero'...

«Sin ser temerarios, podemos convenir que 'Metamorfosis' y 'El gusano solitario' son las películas con metraje de animación y filmadas en España más antiguas que se conservan», asegura Encinas. Los dos cortometrajes citados fueron creaciones de Segundo de Chomón en 1912.

He disfrutado mucho, siendo niño y siendo adulto, de los stop-motion creados por el genial Ray Harryhausen, entre ellos la mujer serpiente de 'Simbad y la princesa' (Nathan Juran, 1958), 'El monstruo de tiempos remotos' (Eugène Lourié, 1953), la extraordinaria danza del ejército de los esqueletos en 'Jason y los argonautas' (Don Chaffey, 1963), la Medusa de 'Furia de titanes' (Desmond Davis, 1981) ... Harryhausen es un gran placer cinéfilo.

El sentido de la oportunidad informativa me llevan, empero, a dejar ahora de lado el magisterio de Harryhausen. En esta crónica, el protagonismo lo tiene el stop-motion español, tan escasamente reconocido. Me adentro con placer en la filmografía de Pablo Llorens y sus joyas del cine de animación.

Hay deliciosas fantasías creativas en los cortometrajes de Llorens, entre ellos, 'Noticias fuerrrtes', 1991: sí, 'fuerrrtes' con tres erres; 'Caracol, col, col', 1995; 'El enigma del chico croqueta', 2004: 'chico croqueta': encantador hallazgo terminológico, 'Molecular zombi', 2008... Sus series tienen una loca imaginación ('Pérez y Donato', 1996, y 'Doc Franky, 1999) y es muy divertido su largometraje 'Juego de niños', 1999...

«En 1982, a mis 14 añitos», dice Pablo Llorens, «disparé mi primer fotograma stop-motion, iniciando la épica tarea a la que dediqué mi vida. Mis referencias, los motores que impulsaron mis pasos, eran todos anglosajones y yanquis: las primeras aventuras de Morph, las películas de Harryhausen en las sesiones de tarde del fin de semana...».

Así se forjaron muchos realizadores, viendo películas en cines de barrio. En Valencia ciudad y en pleno auge de las plataformas televisivas, el recuerdo de los cines Ideal, Mundial, Iberia. Monumental Levante o Aliatar es ya pura arqueología urbana y sentimental.