Aburrimiento de Oscar

Podemos tirarnos media hora buscando en el páramo de las plataformas y el resultado equivale a deambular sobre un árido desierto. Nunca encontramos nada realmente, y recalco ese realmente, estupendo. Picoteas por aquí y por allá, intentas esto y lo otro, pruebas algo en principio alentador, pero abandonas rápido esa ración audiovisual porque detectas que segrega el aspecto de un telefilm, de altos vuelos, sí, pero, al fin y al cabo, roñoso telefilm. Como me gusta efectuar autocrítica, supongo que el problema es mío y de la edad. Añoro pelotazos como 'Grupo salvaje', como 'Apocalypse now', como 'Uno de los nuestros'. Ustedes me entienden. Esa clase de cine total imagino que se acabó. O quizá soy yo el que está acabado para determinados productos que mi provecto magín no comprende. Ahora bien, la ventaja de degustar imágenes que nunca me seducen es que uno regresa con furia hacia las letras, hacia los ensayos, hacia la biografías, hacia las novelas contundentes. Por lo menos en ese ámbito encuentro entretenimiento, diversión, reflexión y… emoción. Quizá cuantos más productos audiovisuales nos rodeen mayor será nuestro hastío. Y entonces sólo cabe refugiarse en la literatura. O eso creo, vaya.