Urgente Un afortunado se lleva el bote de 785.104,95 euros de la Bonoloto

Lynchburg es el pueblecito donde elaboran el Jack Daniel's y es tal cual como en aquellos anuncios de hace unos años. O sea un ... villorrio recoleto rodeado de frondosa vegetación donde todo luce limpio y por eso mismo parece un plató de televisión. Veías lugareños con peto vaquero, camionetas desvencijadas, mozos rubios con cara de mazorca inflada, críos correteando, muchos turistas y... una tienda de souvenirs del Ku Kux Klan en la plaza central. La regentaba un abuelete de pelo blanco con pinta de anunciar productos contra el colesterol. Corría el año 97 y daba mal rollo.

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Visitamos la destilería varios amigos y el guía rezumaba amabilidad. Interesante. Saben vender, estos yanquis, tanto que su licor se consume en todo el mundo. Pero ahora, con la murga de los aranceles, los negocios sufren, padecen, tiritan, gimen, lloriquean. Se empieza con los aranceles y luego emergen los boicots, y eso nunca interesa porque el consumidor pierde, siempre. En Canadá, tras los zapatazos propinados por Trump, además de responder con aranceles, el personal ha decidido boicotear el Jack Daniel's, y desde la célebre, legendaria empresa, han confesado que «el boicot es peor que un arancel». Pues que se lo digan a Trump, que anda de un bravo insoportable y se dedica a repartir latigazos con furia de sádico. En este boicot observo una energía y un patriotismo importante por parte de los canadienses. Ojito con ellos. Acaso en los detalles medimos la templanza de un pueblo, y este destello no se me antoja banal. Los bebedores veteranos, los pimpladores profesionales, mantienen su néctar favorito contra viento y marea y lo aman como si fuese el equipo de fútbol, o de hockey sobre hielo, de su corazón. No cambian. Si están dispuestos a renunciar al fuerte brebaje que les apasiona, eso indica que son gente corajuda. Yo de Trump no los subestimaría.

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