Bayan y Eros

Sentí una perplejidad absoluta. ¿Bayan, Eros y la 'otra'? De verdad se llaman así los que participaban en un extraño trío de consecuencias imprevisibles... Pues supongo que sí. Igual los padres de Eros eran fans de Eros Ramazzotti. Es una sospecha bastante fundada, me parece. Claro que con 'Bayan' soy incapaz de adivinar. Ahí me pierdo. Permanecí alerta ante el desacato del encamamiento clandestino, y entonces descubrí que se trataba de ese invento de telerrealidad, eso creo, que se elabora en un entorno maravilloso. Acuden hasta ese paraíso unas parejas jóvenes, espléndidas. A ellas las colocan junto a un grupo de tíos buenorros y a ellos junto a una pandilla de tías buenorras. Creo, insisto. De ese modo comprueban su fidelidad. Me huele que Eros, en fin, criatura, se dejó arrastrar por el demonio de la carne, a tenor de la frase de la pantalla. Un programa de esas características sin duda rezuma crueldad. A ciertas edades, usted ya lo sabe, si juegas con fuego te quemas, esto es un hecho. No pretendo juzgar aquí los rijosos pecados de semejante tropa. Ahora bien, sus padres, por enchufarles esos nombres, algo de calabozo merecen. Bayan y Eros, ya te digo.