Ahora sí confía

Ignoro si hubo o no agresión. Para eso está el juez. Me conmueve, eso sí, observar a Errejón como muy calmado y templado. Mientras los micrófonos le apuntaban, declaró la mar de modoso tener «plena confianza en la Justicia». Muchas gracias, Iñigo. No hace demasiado tiempo, tú y los de tu cuerda opinabais (y siguen asegurando, los de su cuerda, digo) que los jueces eran unos seres perversos y fachosos, cargados de franquismo, tardofranquismo o gilifranquismo, empeñados en cargarse las agresivas bondades de la extrema izquierda y de los golpistas de la independencia. Considerabais a los jueces como enemigos del pueblo, y optabais por la justicia popular, esa cosa vaga tan cafre, que suele desembocar en las checas que torturaban sin juicio previo ni otras molestas gaitas a los que no comulgaban con vuestras ideas. Por eso me encanta la evolución errejonesca y aplaudo su sensatez. Se conoce que el encierro de tantas semanas, para escapar del huracán mediático, y lo entiendo, le ha permitido cavilar, rectificar. Nada, pues, como alejarse de los focos para conseguir la concentración que nace en la soledad. Errejón confía en la Justicia. Nosotros también, desde siempre.