La invitada

Lo extraño habría sido escuchar en boca de Victoria Federica una sesuda disertación acerca de los 'Episodios Nacionales' de Galdós, o un discurso sobre las posibles amenazas de la Inteligencia Artificial, o varias reflexiones sobre la autocensura que mana de lo políticamente correcto, o un pronóstico en torno al resultado de la elecciones yanquis entre Trump y Harris o, ya puestos, una charla sobre la 'nouvelle vague' o sobre el cine de Buñuel. Pues no. Pues claro que no. Y sospechamos que la mayoría de los jóvenes de esa edad, ricos, pobres o mediopensionistas, son incapaces de hilvanar un par de frases coherentes sobre los temas anteriormente expuestos. Como es normal, la juventud está en otra cosa y funciona mediante otros códigos que, a los talludos, se nos antojan más bien memos. Pero así luce la actual sociedad y la culpa seguro que es nuestra pues nunca fuimos capaces de elevar el listón. Aún así, supongo que es cuestión de suerte, conozco unos pocos de esa edad dotados de un pletórico bagaje de matrículas de honor, ideas claras y vocación férrea para dedicarse a profesiones que representan el triunfo del esfuerzo y del talento. La invitada de Motos parece que goza al enchufar petarditos en los pitillos del prójimo. Como broma cateta no está mal. En el pueblo lo hacíamos. Con 13 años, digo. Pero es una pena disponer de herramientas golosas para cultivar el cerebro y no aprovecharlas.