EDITORIAL | El primer error de Massó

La localidad valenciana de Antella vivió el domingo la tragedia de un nuevo crimen machista, cuando un hombre de 53 años y nacionalidad española asesinó a su mujer, de origen marroquí, delante del hijo de ambos, y se suicidó. Al día siguiente, este lunes, en Les Corts Valencianes se convocó una concentración de repulsa a la que se adhirieron los grupos parlamentarios del PP, PSPV y Compromís, no así el de Vox, cuyos componentes permanecieron al margen durante los tres minutos que duró el acto. Mientras la pancarta 'Les Corts contra la violencia masclista' la sostenían los miembros de la Mesa de la Cámara autonómica y los portavoces, la presidenta del órgano legislativo y segunda autoridad de la Comunitat Valenciana, Llanos Massó, se quedaba fuera de la imagen institucional para alinearse con sus compañeros de partido. Vox es muy libre de mantener una postura diferenciada respecto al resto de partidos en cuestiones como la violencia machista o el cambio climático. La libertad de expresión ampara que los representantes políticos puedan defender cualquier teoría o rechazar asuntos que gozan de un consenso social bastante amplio y que va más allá de siglas e ideologías. Los únicos límites que pone la Constitución y la ley a los partidos es la promoción de la violencia, por lo que no son pocas las voces que de vez en cuando reclaman la ilegalización de Bildu, una formación que no se atreve a condenar el terrorismo etarra y prefiere utilizar circunloquios como «la violencia política» en lugar de llamar a las cosas porsu nombre. Pero una cosa es lo que haga Vox, que es tan legítimo como cuestionable, y otra muy distinta es la actitud que adopte la presidenta de Les Corts. Que no lo es sólo para su grupo sino para todos. Representantes a su vez de la voluntad popular expresada en las urnas. Llanos Massó se equivocó este lunes al actuar antes como militante de Vox que como presidenta de la Cámara valenciana. Sus opiniones personales, expresadas en una entrevista publicada por este periódico, son respetables, se esté o no de acuerdo con las mismas. Pero romper el consenso de los órganos de dirección de Les Corts en un tema tan sensible y con el recuerdo aún tan cercano por lo acaecido el domingo en Antella no es una buena forma de empezar su andadura en el palau de Benicarló. La campaña electoral del 23-J no lo justifica todo ni permite unos personalismos que este lunes estaban completamente fuera de lugar.