Si ya echaba de menos a Christopher Hitchens, a Oriana Fallaci, a Giovanni Sartori y a Lola Flores, ahora toca echar de menos a Martin ... Amis. Fue un privilegiado hijo de Kingsley Amis (por muy mal que se llevaran) y un privilegiado hijastro de Elizabeth Jane Howard (autora de las 'Crónicas de los Cazalet'), que le instó a leer a Jane Austen y dejar de ser malote. Lo que me sorprendería es que con esa educación no hubiera sido Martin Amis. El escritor. El tocapelotas. El amigo de Christopher Hitchens («en nuestra amistad siempre hacía buen tiempo»). El Amis de las novelas y las memorias, el que pone humor al Holocausto (en 'La zona de interés', una comedia de oficina en Auschwitz). El novelista Tibor Fischer creía que el elogio que Martin Amis recibió por 'Experiencia' fue su perdición. «Claramente se le ha metido en la cabeza que puede escribir cualquier cosa y será venerado como Moisés con las tablas». Y así fue. Pero le echaré de menos.
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