Qué gran deleite para los políticos ese gran arropo de la llamada militancia, ese grupo de personas que, de manera incondicional, en la mayoría de los casos, forma parte de un partido político, y que defenderá a ultranza a sus líderes.
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Los partidos políticos, en ... general, también amplían su soporte base añadiendo la terminología de afines o simpatizantes, en estos casos, sin carné, que les permite trasladarse a otros marcos para acoger ofertas políticas distintas con mayor facilidad que el militante, pero un poco menos que el votante de a pie.
Parece que esto de los términos puede estar más o menos claro, pero lo que es de dudosa defensa es la democracia interna, dado que el militante, por supuesto, igual no tanto el afín o simpatizante, alguna palabra deberían tener en lo que a la elección de sus líderes se refiere, ya que, saldrán en portadas por su decisión en la opción que finalmente resulte victoriosa.
Igual ahí precisamente encontramos la clave, en la opción, porque, cuando no hay más alternativas que las dispuestas por los propios líderes en perfecta armonía jerárquica, bien podría afirmarse, sin lugar a equivocarse, que no ha habido elección por parte de la militancia, sino que el militante incondicional a las propuestas del partido del que forma parte, por herencia o convicción, no se desmarcará del propio organigrama.
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Asistimos, hace un año, a una especie de cónclave, por lo que a hermetismo se refiere, celebrado en Ferraz, de donde salió una fumata blanca, no demasiado robusta, todo hay que decirlo, en formato de pacto entre los tres aspirantes a la sucesión de Ximo Puig, como secretario general del PSPV, por el que Diana Morant sería la única y exclusiva candidata que elegir por la militancia, aunque igual el verbo carece de significado cuando no hay donde escoger.
Este fin de semana, se ha presentado, en el decimoquinto Congreso del PSPV, la nueva ejecutiva nombrada por su lideresa, obteniendo un respaldo del 81%, que, vista la cifra la mayoría es aplastante, pero no debemos obviar que estamos ante militantes, cuyo calificativo de incondicional es su descripción más ajustada, así que, leyendo al revés, el 19% de los militantes del PSPV no parecen estar demasiado conformes con la elección, aunque solo les quede la resignación.
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Bueno, igual no, porque parece ser que, por parte de Carlos Fernández Bielsa, uno de los aspirantes al liderazgo absolutos de los socialistas valencianos, no hay desistimiento, y se hace fuerte atrincherándose en la provincia de Valencia, donde tiene focalizados todos sus objetivos, especialmente en la zona más afectada por la dana, desde donde quiere sacar toda la artillería pesada en vista a los comicios municipales.
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