Si consultamos la Biblioteca Nacional nos dirá que: «La ciencia ficción es un género narrativo que sitúa la acción en unas coordenadas espacio-temporales imaginarias y diferentes a las nuestras, y que especula racionalmente sobre posibles avances científicos o sociales y su impacto en la ... sociedad». Con la política viene a pasar un poco lo mismo, aunque, a veces, no seamos capaces de discernir entre la realidad y la imaginación, especialmente cuando la primera supera a la segunda, y, aquello que parecía inverosímil, termina permeando en la cada vez más fina capa social hasta su normalización, adoptando pensamientos y acciones como propias a pesar de que se trate de un cuerpo extraño que se ha injertado a base de relatos repetidos hasta la saciedad, o, como se suele decir, con «pico y pala».
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Pero, como un poco de política ficción, bien racionalizada, no hace daño a nadie, vamos con los futuribles post-electorales del día 9 de junio. Saltan las especulaciones sobre un posible plebiscito a las generales, en atención al resultado de las elecciones al Parlamento Europeo, una consulta que solo puede venir por dos vías: el adelanto electoral y la moción de censura. Dos escenarios sobradamente conocidos y protagonizados en nuestra historia más reciente por el actual presidente del Gobierno, de los que resultó victorioso.
El primero, el del adelanto electoral, cuando sorprendió el día del análisis de resultados de los comicios municipales y autonómicos del 28 de mayo de 2023, convocando elecciones a las Cortes Generales a mes y medio vista. Elecciones que, si bien no ganó el PSOE, sí que consiguió formar gobierno, como todo pronóstico pactista vaticinaba.
Y, el segundo, el de la moción de censura, por triplete; la primera, planteada al entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; y, las dos siguientes, donde se encontraba en la parte de censurado, de las que, probablemente, saliera reforzado, porque una derrota del adversario bien pude mercantilizarse como una conquista propia.
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El próximo domingo se votará en clave estatal, de eso ya se han encargado los elegibles, y, a modo de primera vuelta, se ejecutarán los pasos a seguir.
¿Nos quedaremos cómo estamos? Parece poco probable en atención al vaivén al que nos tienen acostumbrados, porque la política puede catalogarse de muchos modos, pero no de aburrida, este calificativo ya hace bastante que lo superó.
¿Sánchez adelantará, de nuevo, las elecciones? Según los sumatorios no debería sorprendernos una suerte de coincidencia electoral a Cortes Generales y repetición de autonómicas en Cataluña.
¿Feijóo planteará una moción de censura, con el apoyo de Vox y Junts? Esto ya lo patentó Sánchez, párrafos más arriba, en esa moción de censura que le llevó a La Moncloa, lo hizo también con el apoyo del partido catalán muleta de sus coronaciones.
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