El turno de Bielsa

Aun así siempre hay quien pretende expulsarte de la cola, y de eso también sabe bastante Carlos Fernández Bielsa.

Militante socialista llamado al orden desde Ferraz por pretender pasar de pantalla sin el título de preferido, porque ese meritorio ya estaba cogido por Diana Morant, la elegida por Sánchez para el espacio valenciano, en su conocido afán por colonizar los territorios a golpe de ministros.

Una manzana envenenada en forma de miembro de la nueva ejecutiva no fue suficiente tentación para Bielsa, quien con el objetivo de conseguir la provincia de Valencia dijo no a la secretaria general del PSPV.

Poca ventaja le ha sacado a Robert Raga pero eso ya no importa, como se suele decir, lo mismo da tres que treinta y tres, justo los votos que le han dado la victoria provincial.

Una pugna interna pública, aunque inconfesable a medios de comunicación, que lleva, sin lugar a dudas, a una crisis de reubicación para los que estaban con quién y, sobre todo, con quien no.

La palabra integración es la más común tras unas primarias, pero en las elecciones en las que encontramos más de una candidatura, son las reglas de la democracia interna, pero otro sustantivo resuena, y se llama confianza, la del nuevo líder con los seguidores de su rival político.

Verbaliza el ganador que el objetivo es llevar a la Sra. Morant de secretaria general del PSPV a presidenta del Consell, un cargo, el del partido, al que Bielsa ni siquiera pudo mostrar batalla, al parecer, por acuerdo entre los aspirantes.

Tras la catástrofe de la dana del pasado 29 de octubre, y la crisis en el Consell, se abre una alternativa para los partidos que ahora se encuentran en los grupos parlamentarios ubicados en los espacios reservados para la oposición, pero deberán tener muy en cuenta en las filas del PSPV que, si esa alternativa no se encuentra capitalizada desde la cohesión y el liderazgo integrador de las distintas sensibilidades internas, las opciones se reducen.

Máxime si la lideresa sigue sosteniendo un discurso en clave de argumentario con el único objetivo de mantener el Gobierno de España en manos del presidente Sánchez, un relato que queda muy alejado del territorio que pretende ocupar, donde la identidad del pueblo valenciano es una condición ineludible.