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Mientras escribo mi rinconcito de los jueves en LAS PROVINCIAS, me pregunto qué haría anoche el Leganés. Y no les hablo del resultado de la ... eliminatoria frente al Real Madrid, sino la respuesta pepinera a la pregunta que más circula estos días por la Valencia futbolística: ¿Tirar, o no tirar la copa?
El debate aquí -con sólidos argumentos para defender cualquier posición- me gustaría haberlo vivido allí; en Leganés. Los madrileños jugaban eliminatoria de cuartos -también en su casa-, jugaban por un puesto en semifinales y ante uno de los dos grandes del fútbol español. Como el Valencia. Y, curiosamente, Leganés y Valencia luchan por el mismo objetivo liguero y se ven las caras el domingo en Mestalla. Es decir; cualquier cosa aplicable al Valencia estos días se podía aplicar a su rival. Solo encuentro una diferencia; para el Leganés lo de anoche era uno de los partidos más importantes de su historia porque podía meterse en semifinales de Copa y para el Valencia es una semifinal más dentro de una larga historia de semifinales y finales. Bueno, eso y que la Segunda para el Leganés es territorio conocido y para el Valencia, el apocalipsis. Asunto, este último, no menor. Así que, traslademos la pregunta: ¿El Leganés tiró ayer la copa con la convocatoria, el once o los cambios? Contesten ustedes que yo, obviamente, no puedo.
Aunque no imagino Butarque lleno y el Leganés moviendo sus piezas pensando en el domingo en lugar de intentar eliminar al Real Madrid para hacer historia. Pero vayamos a lo nuestro. Aquí hay dos opciones: poner a los suplentes o no hacerlo. No hay otra. No hace falta que les explique que excluyo de la ecuación aquellos jugadores tocados o con riesgo de lesión. De los que están bien, ¿cuántos ponemos a jugar esta noche? Esa es la pregunta.
Y no les hablo de Stole Dimitrievski, Pepelu y Umar Sadiq. No, no. Hagamos las preguntas claras: ¿Juegan Hugo Guillamón y Jesús Vázquez... o Javi Guerra y José Gayá? ¿Juega Yarek Gasiorowski como en Barcelona? ¿Juega Luis Rioja... o Sergi Canós? No hace falta que siga, ¿verdad?. Aquí está la llave del concepto «tirar la copa».
Es evidente que, con cualquier once inicial, el Barça te puede eliminar y, como esto es fútbol, cualquier once ché les podría eliminar a ellos. Pero, como aquí no somos tontos ni escribimos para niños de primaria, la diferencia entre «tirar» y «no tirar» está en cuántas manzanas golden pones en el cesto para intentar pasar: todas, algunas o casi ninguna.
No es menospreciar a los suplentes. Es solo atender a los titulares de Liga para Carlos Corberán, y a los que no juegan nunca de inicio. Por algo será. Yo no me he inventado nada. Ahora les toca a ustedes hacer el once. ¿Qué harían? ¿Proteger a todos los titulares posibles para la final -que lo es- del Leganés? ¿Proteger a los más tocados pero sacar el mejor once posible para intentar eliminar al Barça? ¿O jugar con todo porque hay una final a tres partidos y quedan 16 en Liga? ¿Y qué hizo ayer el Leganés? Por igualar las fuerzas de cara al domingo, digo.
La verdad es que es un tema interesante. Tengo amigos muy beligerantes con el asunto que llevan apostando por tirar la Copa hace meses para centrarse en no bajar como único objetivo. Porque sin Primera no hay futuro. Totalmente defendible. Y tengo amigos que me miran raro cuando les hablo de su Valencia tirando la única competición que se puede ganar estando tan cerca de la final. Que son profesionales para jugar tres partidos en una semana y que el Leganés habrá jugado los mismos. Ustedes, ¿qué opinan?. ¿Y... Corberán?
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