A Vera no la dejan sonreír

Un alcalde no tiene por qué enterarse de qué dice el escrito que el abogado del Ayuntamiento presenta en el juzgado para personarse en la causa. No es su labor ni llega a ello. Pero el documento del Consistorio es verdaderamente infame. En él se carga contra la acusación particular de los padres por perseguir la imputación del concejal de Fiestas. Se les ataca por iniciar lo que llaman «una campaña de desprestigio en los medios de comunicación contra el Ayuntamiento y su alcalde». ¿En serio esa es la reacción de una administración, de sus servicios jurídicos, ante el dolor de una familia que ha perdido a su hija después de que una cadena de errores del Consistorio, feriantes, técnicos municipales y ley acabaran causando la muerte de su hija? Aunque los padres llegaran alguna vez a equivocarse en sus respuestas, declaraciones o actuaciones en el proceso, jamás la reacción de un poder público, aunque sea en la vía jurídica, debería seguir ese sendero. Ni el Ayuntamiento de Mislata ni su alcalde han sabido gestionar esta tragedia. El silencio ante los padres de Vera y la falta de tacto humano e institucional es sangrante. El mutismo y la falta de transparencia con los medios de comunicación, indignantes. El Ayuntamiento se persona en la causa para defenderse de las acusaciones de los padres de Vera. Lo dicen ellos en su doc umento. No se persona para ir contra los feriantes que instalaron una trampa mortal en su pueblo ni para lograr mejoras en la normativa que eviten que una tragedia así pueda repetirse. Ese es el puñal que sangra en el pecho de la familia de la niña como bien han hecho saber esta semana con declaraciones a este diario.

Así que repito. Ni el Ayuntamiento de Mislata ni su alcalde han actuado bien antes, durante y después del drama. Antes los servicios municipales no fueron capaces de comprobar la inseguridad del hinchable ni que los feriantes montaran donde les vino en gana. Más expuestos al aire que volcó el hinchable. La única comunicación que este redactor ha tenido con el Consistorio ha sido para escuchar cómo se critican las informaciones en las que se subraya su falta de control de la atracción. Que la normativa no les obligaba a ello, dicen. Triste excusa. Y presiones para titular de una manera u otra. Indigno de un poder público como un Consistorio. Los padres sólo piden justicia. Que se depuren todas las responsabilidades existentes. Que no vuelva a repetirse una tragedia evitable como la que segó las vidas de Vera y Cayetana. Responder con ataques, aunque sea en despachos y juzgados, no lo merecen unos padres ya rotos de por vida que sólo buscan que se recuerde «la sonrisa de Vera», el hastag que usan en sus redes. Pero a Vera no la dejan sonreír.