Abróchense el cinturón

A Ucrania le quedan tres telediarios. A la OTAN quizás un poco más, pero que se olvide del 'amigo americano'. Aún no ha llegado al poder Trump y ya ha sacudido los mercados y amenaza con poner todo patas arriba. El otro día el Congreso, al que él intentó mancillar liderando o exhortando a su asalto, cumplió con su deber y confirmó su victoria en las elecciones. Sus 'fans' se han puesto a sus pies: Meloni, Abascal, Milei, Orban... mientras que Putin (mucho más inteligente que él) le dorará la píldora diciendo que es el mejor presidente desde Lincoln, y le manipulará a su antojo. Lo que no acabo de ver del todo claro es su pareja de baile: Elon Musk es igual de megalomaníaco que él y, francamente, no creo que puedan cohabitar felizmente: los dos quieren gobernar el mundo sin trabas (las leyes y la decencia son solo obstáculos para la gente mediocre), pero pueden surgir problemas si uno desconfía del otro y teme que le arrincone; dos gallos en el mismo corral.

'El ganador se lo lleva todo', dice la popular canción de ABBA, y está claro que la pareja fantástica no se va a parar en barras: mentirán, amenazarán y extorsionarán todo lo que haga falta. La única manera (en mi humilde opinión) de estar en 'el sitio correcto de la historia' es gobernando con altura de miras en Europa, recordando cuánta sangre hubo de derramar para tener lo que ahora disfrutamos. Sé que este modelo de un 'Europa feliz' está en crisis, pero frente a lo que se avecina necesitamos políticos de nivel sean eficaces y honestos. Justamente lo que no veo, ni aquí ni en otros muchos lugares. Mientras tanto, la izquierda radical va a lo suyo, que es adoctrinar y sumarse a la algarabía de la confusión; el asunto es mantener el escaño, que da de comer. Y así, los extremos se tocan, una vez más: todo para el pueblo (eso dicen) pero sin el pueblo. Abróchense el cinturón.