Estos días hemos presenciado la petición de la madre del niño asesinado por Ana Julia Quezada para que nadie se lucre de un suceso tan ... trágico. En su charla ante los medios la madre denunciaba que estaba en trámites de producción un documental 'true crime' (crimen basado en hechos reales) sobre el asesinato de su hijo (cariñosamente conocido por el Pescaíto), algo que les causaba mucho dolor porque, además de volver a revivir esos trágicos acontecimientos, se estaría mercadeando con la muerte de un niño. Un mercadeo del que se verían beneficiados los productores del documental y la propia asesina, que -según ella entendía- iba a cobrar por dar su testimonio.

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Esta petición, del todo comprensible, nos obliga a plantear los criterios éticos que debería cumplir una obra basada en hechos reales, ya sea en su modalidad documental o de ficción. Este código ético puede examinarse a la luz de las diferentes partes involucradas: el asesino, la familia y allegados de la víctima y los espectadores (la sociedad en general). Por lo que respecta al asesino, entiendo que un 'true crime' no debería hacerlo objeto de fascinación o ensalzarse de ningún modo, lo que no es lo mismo que impedirle que hable. Una parte muy importante del conocimiento que tenemos de la mente de estos asesinos proviene de las declaraciones que han dado a investigadores, periodistas y escritores, y que luego han sido objeto de libros, series o películas. Si adoptáramos este criterio, además, una de las novelas clave de 'no ficción' y de la literatura en general del siglo XX ('A sangre fría') jamás se habría escrito. El arte se nutre en buena medida de la realidad, y el crimen ha sido desde siempre tratado por las artes narrativas. Eso sí, si un criminal cobra por hablar, el juez debería requisar el dinero para pagar la indemnización a las víctimas.

Con respecto a estas, deberían ser tratadas siempre con respeto y sensibilidad, dándoles el protagonismo que tienen como seres que han sufrido de un modo intolerable. Un tratamiento respetuoso con las víctimas (sean niños o adultos) sirve para analizar qué paso, de qué modo se podía haber obrado para que aquello no hubiera ocurrido. Si no conocemos a las víctimas de crímenes atroces y examinamos la realidad de lo sucedido su caso se pierde en el tiempo, enterrado en las noticias que ya no son actuales. Finalmente, con respecto a la sociedad, los productores de 'true crime' tienen la responsabilidad de hacer obras de calidad, guiando la mirada del espectador hacia las cuestiones profundas de la condición humana y de la sociedad que se incluyen en el crimen examinado. La libertad artística es importante. Debemos exigir respeto, veracidad y calidad.

La libertad artística es importante. Debemos exigir respeto, veracidad y calidad

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