Ya saben que al comienzo de la guerra entre Israel y Hamás, Elon Musk, el hipermillonario dueño de la red social X y fundador de ... Tesla y SpaceX, armó un buen jaleo en despachos de políticos y empresarios de los Estados Unidos al apoyar un tweet antisemita en el que se daba pábulo a la teoría conspirativa según la cual los judíos están apoyando a violentas minorías para que reemplacen al hombre blanco en aquel país. Una versión de este delirio conspiranoico lo popularizó asesinos de masas como Anders Breivik para justificar la matanza en Noruega de 11 ciudadanos en Oslo y 66 adolescentes que participaban en un campamento de verano organizado por el partido socialista en la isla de Utoya, y Brendon Tarrant que, unos años después, asesinó a 51 personas que estaban rezando en dos mezquitas de Australia. En esta versión, son los socialistas y marxistas los que se confabulan para 'islamizar' los países de herencia cristiana, un peligro al que había que enfrentar matando «de forma execrable pero necesaria» a los futuros líderes del país (Breivik) o directamente a los que profesan la religión de Mahoma (Tarrant). A pesar de que Elon Musk se disculpó posteriormente («fue un mensaje estúpido», declaró), en un reciente encuentro organizado por la revista cultural The New Yorker aseguró que todos aquellos que respondieron a su mensaje antisemita cancelando las cuentas de publicidad que tenían con X «podían irse a tomar por culo». En ese foro había hablado antes el CEO de Disney (una de las empresas que suspendió la publicidad junto a otras muchas como IBM) y la vicepresidenta Kamala Harris, entre otras personalidades.
Publicidad
Musk, que puede influir poderosamente sobre la geopolítica mediante su dinero, red social y sus 'juguetes' espaciales es, probablemente, el magnate no político con mayor poder en el mundo. Siguiendo a este personaje desde hace años, no me extrañó este exabrupto totalmente fuera de lugar, pero me recordó un comentario que hizo la poetisa Coral Bracho al ganar un premio de literatura en la reciente Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Bracho dijo que los que aspiraban a gobernar un país tendrían antes que someterse a un exhaustivo examen mental, pues es bien conocido el enorme daño que pueden causar los que ostentan un gran poder y no están equilibrados mentalmente. Por ahora es un tiro al aire, pues sería casi imposible acordar quiénes tendrían que dictaminar si un candidato tiene una patología que le impidiera aspirar a ser presidente. En el caso de los absurdamente ricos esa posibilidad remota ni siquiera se puede contemplar. Si tienes todo el dinero del mundo quizás te castiguen un poco, pero... ¿se van a poner chulitos contigo?
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.