La importancia de un secuestro

La importancia que tuvo el secuestro en las ciencias sociales que estudia el 'lavado de cerebro' y, por extensión, las sectas, fue extraordinaria. Por un lado, la conducta que mantuvo Patty durante los largos meses del secuestro, en los que se enamoró de uno de sus secuestradores y portavoz del grupo, consternó a los ciudadanos e incluso profesionales de la salud mental. La difusión de una imagen tomada por una de las cámaras de seguridad que grabó a Patty armada con una metralleta en el transcurso de un robo bancario, dio la vuelta al mundo. En sus comunicados a los medios, no paraba de ensalzar la 'lucha revolucionaria' contra el sistema criminal y capitalista. La consentida niña rica había desaparecido y en su lugar había emergido una soldado de las clases desfavorecidas.

Este fenómeno dio lugar al descubrimiento del 'síndrome de Estocolmo', en referencia a otro hecho anterior de rehenes ocurrido en la capital sueca. Por vez primera se dedicó tiempo y recursos a comprenderlo. Los beneficios de esos estudios han sido muy grandes, porque ahora sabemos que, cuando una persona es secuestrada y está por consiguiente aislada de los que le quieren e inerme ante otros que tienen el poder de hacerle sufrir o matarla, el hecho de que uno de los secuestradores muestre preocupación por ella y la cuide, puede provocar ese fenómeno de afinidad por la causa que representa ese buen samaritano. Como consecuencia, se empezó a investigar a los grupos sectarios que proliferaron en aquellos años y que todavía se hacen con la voluntad de mucha gente en muchos países del mundo. Pero ahora estamos en condiciones de comprender y ayudar mejor a sus víctimas, así como avanzar en su prevención. Por ejemplo, gracias a esto la familia de la joven secuestrada de Elche por una secta en Perú pudo comprender lo que le estaba pasando y ayudarla a salir. Y todo empezó con Patty hace 50 años.