James Ellroy, piérdete

Yo no sé ustedes, pero yo estoy harto de tanta descalificación, de tanto insulto explícito, de tanto lenguaje donde aparece lo peor de nuestra naturaleza. Ellroy es un gran escritor, no necesita mancillar el recuerdo de Marilyn. ¿Que no le gusta? Pues muy bien, a mí me parece que su papel de 'Sugar' en 'Con faldas y a lo loco' es insuperable; no me puedo imaginar a ninguna otra actriz haciéndolo. ¿Y en su primera película, 'La tentación vive arriba'? La única manera de creerse que el marido que pasa el verano solo en Nueva York pierde la cabeza por su vecina es si vemos a Marilyn encima del respiradero del metro y a su falda volando hacia su cabeza. En 'Los caballeros las prefieren rubias' no puede estar mejor, cantando, bailando y actuando. Y en 'Vidas rebeldes', su última película, interpreta a una mujer de gran fragilidad muy dignamente; nadie que vea la película pensará que resulta mala actriz frente a dos actores consagrados de la época como Clark Gable y Montgomery Cliff.

En la entrevista se percibe que Ellroy hace todo esto por dinero, y su gran ego no resulta satisfecho si no demuestra que él está en el mundo para dejar su marca. A estas alturas todo esto me parece cansino, una especie de 'enfant terrible' que no levanta hoy en día ni una ceja. Diga lo que diga este viejo fósil Marilyn es un icono cultural del siglo XX; algunas de sus películas son extraordinarias (no hizo muchas), algunas de sus imágenes han sido posters en decenas de millones de lugares. Es seguro la única actriz 'antigua' (o actor) que conocen los jóvenes. Por si no tenemos bastante basura en la platea política y en las redes sociales, solo nos falta que vengan los artistas a echar más barro e inmundicia, esta vez sobre una mujer que, fueran las que fuesen sus limitaciones, nos dio muchas horas de diversión y de un estupendo cine que, ¡ay!, nunca más volverá. Ellroy, piérdete; una cosa es la franqueza y otra la crueldad, y de esto vamos servidos.