XL años del Club de Encuentro Manuel Broseta

Corrían los primeros meses de 1984. La democracia española aún era joven. En ocasiones observábamos la ausencia de un trato cordial entre personas con ideas contrapuestas. Más allá de los foros parlamentarios no se encontraban lugares de convivencia, de discusión y de concordia. Aunque hoy el panorama es bien distinto y nuestra sociedad ha madurado, el Club sigue fiel a sus principios fundacionales que debemos continuar fomenando frente a quienes aún utilizan el desprecio y el insulto para desacreditar a quien defiende ideas distintas a las propias.

Entonces nos propusimos -y creo que lo logramos- disfrutar y saborear lo que es el pluralismo ideológico, la libertad de expresión y el respeto por las ideas ajenas, huyendo de dogmatismos e intransigencias, extravagantes en una sociedad democrática.

También pretendimos servir de instrumento vertebrador de la sociedad valenciana, enalteciendo nuestros hechos diferenciales y abordando en profundidad nuestros específicos problemas, para cuya solución tratábamos de implicar a quienes, desde Madrid, aun nos consideraban como parte de una periferia que no ofrecía interés alguno.

Es de justicia recordar a los ocho promotores-fundadores: José Luis Boronat -que fue su primer presidente-, Manolo Tarancón, Federico Moreno, Benigno Camañas, Paco Puchol -todos ellos ya fallecidos, quizás prematuramente- y Fermín Artagoitia, Iñaki Zaragüeta y yo que tenemos la fortuna de poder celebrar este aniversario.

En esta conmemoración no puedo más que expresar que para mi fue un honor presidir el Club de Encuentro. Tras su arranque de la mano de José Luis Boronat, quisimos que fuera Manuel Broseta quien dirigiera un Club que entonces ya se asemejaba al Siglo XXI de Madrid. Con Manolo el Club adquirió una relevancia indiscutible pues su prestigio y cualidades personales suponían un atractivo indudable. Tras su asesinato a manos de ETA le sucedí en la presidencia. No escatimé esfuerzos para tratar de que mantuviera el prestigio alcanzado bajo la dirección de mis predecesores y aún recuerdo los desvelos por conseguir los mejores conferenciantes y los más interesantes debates. Era la época en que había gran interés por asistir a los actos del Club, lugar de 'encuentro' del 'todo Valencia'. Incluso en las cenas-coloquio, había conexión en directo con el famoso programa Hora 25 de la Cadena SER, de la mano de Paco Grau.

Intentamos el contrapunto ideológico posibilitando el contraste de un conferenciante de una tendencia y un socio-presentador de otra. Así pudimos ver como Pedro Agramunt -entones Presidente del PP valenciano- presentó a Santiago Carrillo, Secretario General del Partido Comunista de España. O cómo éste, actuó de introductor de la periodista Pilar Urbano. Momentos inolvidables.

Espero que podamos seguir disfrutando, muchos años más, de nuestro Club, en el que tan buenos momentos pasamos y vivimos anécdotas que el limitado espacio me impide relatar.

No quiero acabar sin mencionar a Manuel Broseta, a quien sucedí en la Presidencia, cuyo recuerdo permanece vivo en nuestra memoria y a quien ahora creo que todos los socios debemos rendir un homenaje de afecto y gratitud porque su personalidad y su notoriedad en la vida pública valenciana fueron cruciales para que el Club se asentara como una auténtica tribuna libre e independiente y alcanzara el prestigio que lo ha caracterizado, al que sin duda, han contribuido todos cuantos han integrado sucesivamente su Junta Directiva y especialmente sus presidentes: José Luis Martínez Morales, Fernando Puente Roig, Francisco Puchol-Quixal -el que durante más tiempo ostentó la presidencia- y, finalmente, la actual, Amparo Matíes.