Los mercenarios del grupo Wagner han saltado a la fama con la guerra de Ucrania. Cada vez que los encuentro en las noticias aprieto los ... dientes. Por sí mismo, este grupo de Rambos de pago es una demostración meridiana de la guerra vergonzosa de Putin, que tiene que confiar en guerreros a sueldo para, según el dictador, defender a la madre Rusia. Mientras que artistas, deportistas, intelectuales y profesionales que tenían una vida y un futuro antes de la invasión han tenido que sacrificarlo todo para repeler a los agresores -entiendo que sufriendo el brutal shock psicológico de tener que pasar de quitar una muela o dar clase en una escuela a aprender a matar-, los mercenarios de Wagner se ganan las lentejas matando por dinero.
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Asumo que habrá una afinidad ideológica entre los mercenarios y su líder y el tirano por el que se juegan el pellejo, aunque en sentido estricto no sea necesario si uno tiene claro que le da igual matar a un eslavo que a un latino o que a un hombre que a una mujer si le pagan lo mismo. Pero siempre ayuda psicológicamente convencerse de que, además de un soldado de alquiler, se está peleando en el 'bando de la razón y la justicia', y que cuando lanzas un obús contra un edificio de viviendas estás matando nazis o enemigos de la supervivencia de un gran país de libertades como Rusia. En realidad esta psicología fraudulenta la poseen también los sicarios del crimen organizado, primos hermanos de los mercenarios. Si hablas con ellos te dicen que los otros no tienen derecho a vivir porque son sus competidores y unos 'perros'. Y así matan más tranquilos, sin reproches de la conciencia.
En realidad sabemos por todos los estudios realizados con ocasión de las dos guerras mundiales que una vez que el asunto se pone feo y la batalla se encarniza, lo que impulsa al soldado a mantenerse en pie son dos cosas: su supervivencia, y la del grupo en la que está entronizado. Al final peleas codo con codo para seguir vivo. De lo contrario sería muy difícil mantener el ánimo dispuesto en situaciones muy al límite por mucho dinero que les pagaran. Sin embargo, en una perspectiva de largo plazo, no es lo mismo que te paguen a que defiendas tu tierra y tu familia, y los ucranios, no lo olvidemos, son los cosacos, esa estirpe de guerreros inmortalizada en 'Taras Bulba', por ejemplo. Cuando las cosas se pongan feas durante mucho tiempo, y los mercenarios por si solos no sean suficientes para ganar el terreno, las cosas pueden ser distintas, porque no es lo mismo vender tu alma al diablo por unas monedas que defender tu casa y la libertad de todo un pueblo.
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