Las primeras fotos aéreas con detalle de toda España las hizo el aviador falangista Ruiz de Alda hace casi un siglo, pero se ha perdido ... la mayor parte de su meritorio trabajo, sólo se conservan las de la cuenca hidrográfica del Segura, Madrid capital y buena parte de Navarra. El primer conjunto completo, con miles de imágenes que muestran todo el país desde 6.000-8.000 metros de altura, se lo debemos a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, que hicieron tal trabajo en 1945-46, recién acabada la II Guerra Mundial. Diez años después repitieron lo que ya existía, pero con mejor definición y a escala, pues tomaron millares de fotos a 5.000 metros. Esta obra impagable se conoce como el 'Vuelo Americano del 56'. Y lo mismo hicieron en casi toda Europa occidental.
Es decir, una vez derrotada Alemania, los norteamericanos toman pleno conocimiento y dominio del solar de sus aliados, lo que extienden a España, primero sin el conocimiento expreso de Franco (en 1945) y después como condición derivada de los acuerdos con el régimen del Caudillo, que lo afianzaron y permitieron a cambio el despliegue militar y económico estadounidense.
Tras el conflicto bélico llegó la guerra fría, el telón de acero, el muro de Berlín, la escalada de armas nucleares, la enemistad total entre Washington y Moscú..., y los estadounidenses precisaron del territorio español y de buena parte del resto de Europa para asentar todo su poderío como gran padre del mundo libre y decisivo árbitro global.
Trump acusa a Europa de estafar a EE UU, cuando ha abundado la admiración de sentirse a su lado
De ahí que sorprenda tanto que ahora el presidente Trump nos castigue de repente con duros aranceles, nos culpe de todo y, lo que es peor, nos insulte, cuando asegura que la UE ha estafado a Estados Unidos. ¿Nosotros? Pobrecitos.
Su argumento viene a ser éste: Estados Unidos nos ha estado ayudando frente a todas las amenazas circundantes -efectivas o exageradas-, ha corrido con el mayor gasto de protección mientras nos hemos mostrado más pasivos o conformados, y es hora de cortar este flujo y dejarnos al albur de lo que venga. Vale.
Ni que hubiéramos tenido algo que ver en las múltiples decisiones de intervención y cambios de rumbo en todo el mundo de los estadounidenses, erigidos en interventores y jueces, hasta lo más reciente de Ucrania-Rusia y Palestina.
Si quedamos en este lado, cada vez que hubo que decidir por un lado u otro, fue sin duda por preferir quedarse junto al amigo, el admirado amigo americano, que súbitamente nos zarandea de modo tan arbitrario. Pero llegado el caso, un despechado puede reorientar su atención en otras direcciones. Miren las bolsas, que traducen desconfianzas, y la creciente admiración por los avances chinos. Háganselo mirar.
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