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La brecha digital es un concepto moderno que se refiere a las diferencias o deficiencias en el uso, el acceso o la calidad de las ... llamadas nuevas tecnologías, es decir, teléfonos inteligentes, con sus innumerables aplicaciones, ordenadores, tablets y demás dispositivos informáticos para resolver cuestiones a distancia, obtener datos y conclusiones con rapidez, etc.

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A menudo se aplica tal término de brecha digital para señalar la poca implantación de estas tecnologías en el campo, al considerarse, desde posiciones no agrarias, desde luego, que su empleo resolvería innumerables cuestiones y problemas a quienes, sin embargo, por desconocimiento, lejanía, carencias previas, edad avanzada o quizá empecinamiento o animadversión contra la modernidad, no abrazan la gran fe asumida.

Hay en esa dinámica de destacar permanentemente la poca disponibilidad digital entre agricultores un empeño de redención a distancia. Como diciendo: porque no lo sabéis y os negáis a saberlo, pero si os avinierais a vivir estas bondades, su despliegue os haría libres. Eso, y tal vez ricos. A la vez.

Es una constante muy manida, esa de aconsejar, desde la falta de experiencia en algo, lo que se considera que le vendrá bien al de enfrente, sin tener ni idea de las circunstancias concretas que rodean su actividad, su vida, sus necesidades reales, donde posiblemente estén de sobra algunos supuestos. Quedará bien para entretenimientos, hasta para ver cómo andará lo del tiempo estos días, y vaya usted a saber, pero eso de que la digitalización por sí hará crecer mejor los trigos, o nos dará a conocer enseguida los pasos de la araña roja o el pulgón verde, o estaremos en contacto con las cotizaciones del mercado... cuando la delegación mercantil más eficiente es la del bar del pueblo, a la hora del almuerzo. Pues depende, unos sí y otros... Las herramientas son para usarlas cuando se necesitan y quien sepa emplearlas. A nadie sin carnet de conducir le inquieren por no tenerlo, ni siquiera si uno no sabe ni cambiar una rueda pinchada, o no aprendió a pedalear en la bici. ¿Cabría hablar de brecha esencial entre quienes no sabrían ni plantar una haba ni cuidar una gallina ponedora para comerse una buena tortilla? Pues eso sí que sería grave, llegado el caso.

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