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Varios años después de anunciarse su prohibición inminente, el herbicida glifosato sigue estando permitido y ahora se plantea alargar su autorización en la Unión Europea ... para diez años más. La decisión definitiva se adoptará seguramente en días próximos y cabe que se establezcan algunas restricciones de uso, para satisfacer a algunas de las voces que vienen clamando por su desaparición y que a la hora de la verdad no tienen más remedio que plegarse a la evidencia de que este producto es todavía hoy insustituible para llevar a buen puerto infinidad de producciones agrarias. La realidad es que, por más que se diga y se haya intentando, no se cuenta aún con alternativas viables para eliminar en los cultivos lo que antes se llamaban 'malas hierbas'; un concepto que hoy no es políticamente correcto, no está bien visto por el lado de favorecer la biodiversidad, pero en todo caso es claro que hablamos de la vegetación espontánea que crece sin orden entre las plantas cultivadas, por lo que compiten con ellas y reducen su rendimiento, o, como mínimo, complican las acciones productivas.

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En apariencia, la oposición política actual al glifosato cabe que sea algo inferior a la que se desplegó en ocasiones anteriores, cuando se planteaba igualmente en la UE el fin de la autorización en vigor y el consiguiente debate sobre su prolongación. Recuérdese además que las prórrogas anteriores fueron de pocos años, menos que ahora, cuando se proponen diez, lo que, salvo sorpresas de última hora, parece que se aprobará, quizás con alguna restricción, como hemos señalado, que tendrá más que ver con usos urbanos y seguramente no tendrá en agricultura profesional mayor repercusión que la de normativas de seguridad conocidas.

En noviembre de 2017, Emmanuel Macron, presidente de Francia, tomó la delantera y anunció que su país prohibiría el glifosato pasados tres años, dos antes de que venciera la prórroga de cinco que había aprobado la UE. Sin embargo la fuerza de la realidad le obligó a corregir, retiró lo anunciado y matizó que tal cosa ocurriría cuando se dispusiera de alternativas eficaces. Estamos en 2023 y todavía no hay otra solución. De ahí la prórroga. Pues con tantísimos fitosanitarios retirados deberían hacer igual: mantenerlos mientras no haya alternativa.

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