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Los que se preocupan por nosotros recomiendan que tengamos a mano un kit de emergencia, por si las cosas se complicaran, que es lo que ... en realidad más nos está inquietando: ¿qué sabrá esta gente, de habitual tan tranquila y confiada, que de golpe nos viene con éstas?
Sube el PIB, crece la inflación moderadamente, ha salido el sol, se hacen planes para Semana Santa, las ligas siguen como si nada, pero los que mandan están de repente con lo del rearme y el kit de subsistencia, que nos trae a la memoria aquellos juegos infantiles 'de la Srta. Pepis' que hace unas décadas simulaban cocinitas, salas de planchado o estuches de peluquería y maquillaje y hacían furor en las cartas de pedidos a los Reyes Magos, cuando los juguetes aún no corrían el riesgo de ser estigmatizados por presuntos cortes sexistas. Hoy todavía se pueden adquirir por internet.
EE UU nos deja en la estacada, el presidente de Francia se pone gallito ante Putin con su potencial militar; Alemania aprueba cambiar su constitución, programa un rearme histórico y una economía de guerra; el Gobierno británico aplica recortes sociales para aumentar el gasto en defensa, mientras el Gobierno de España dice que aunque se aumente el presupuesto bélico no se quitará un céntimo de lo demás. ¿A quién vamos a creer?
Por si faltaba algo, llega lo del kit de la Srta. Pepis para poder resistir (es un suponer) 72 horas. Pero ¿resistir a qué, contra quién, cómo..?
Lees la lista y no sabes qué pensar. Comida enlatada, garrafas de agua, jabón y medicamentos (¿antibióticos también?), documentos importantes, cerillas en bolsas impermeables, linternas, pilas, una cocinita portátil a gas (¿de la 'Srta. Pepis'?), velas (sin perfume, ojo), batería de recarga del móvil, una radio analógica a manivela (¿cómo?), saco de dormir, mantas ignífugas, extintores, combustible (¿no estaba prohibido almacenarlo?...
Parece la lista para ir de cámping, un poco más holgada que cuando íbamos un fin de semana de acampada a la Calderona. Pero sin mochila; todo eso no cabe en una mochila. Es para casa, por si las moscas, y para emergencias de 72 horas. Lo habitual en situaciones muy problemáticas. Lo suelen decir en el hospital, después de una operación complicada: «Ahora hay que esperar 72 horas». O 48, depende. Nunca son 50, ni 70, ni llegan a 100. Tampoco hablan de dos o tres días, esto va por horas. Y se les ha pegado a los de la lista. Vale, ¿y luego de 72 horas qué? ¿Y si aprietan el botón y se apaga todo? De lo más llamativo: hay que llevar dinero en efectivo. Pero ¿no lo iban a eliminar? Los documentos, en papel, y la radio, analógica. Lo de la 'Srta. Pepis' no era digital.
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