Real Madrid-Valencia CF. Semana de clásico. Hay pocos en España y este lo es. Valencia y Atlético de Madrid representan los dos equipos históricamente ... empeñados en tumbar a los intocables del fútbol español. Con menos recursos, con menos presupuesto y con menos ayudas arbitrales. Pero cabezones como nadie. Así ha sido en los casi 100 años de liga y así seguirá siendo en el futuro. Porque, afortunadamente, Lim desaparecerá antes o después de nuestras vidas y volverá esa deportiva normalidad perdida.
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Es el reencuentro con Vinícius Jr. Aunque, como es lógico pensar, el momento más álgido de la temporada se vivirá en el partido de vuelta en Mestalla, lo cierto es que el sábado se reencuentra el gran futbolista e impresentable persona con el club al que tanto daño hizo la pasada temporada. Alguno me contestará desde Madrid -como ya ha ocurrido- que el daño se lo hicieron a Vinícius. Y es verdad. A Vinícius le dañaron unos cuantos imbéciles con insultos racistas -como desgraciadamente sigue pasando en otros campos- y él dañó a toda una afición y a un club con sus mentiras posteriores. En Madrid solo ven víctima al jugador -qué sorpresa- y desde Valencia vemos a las dos víctimas. La objetividad sólo se demuestra mirando a ambas partes de cualquier conflicto. A Vinícius le insultaron y Vinícius mintió con descaro. Aquel vídeo manipulado en sus redes con el subtítulo «mono» mientras se escuchaba «tonto» es lo más rastrero que yo he vivido de un jugador hacia una afición que no se lo merece. Rastrero y falso. ¿Merecen castigo todos los que le insultaron como él denunció? Por supuesto. Tolerancia cero. No confundamos el tocino con la velocidad. Pero eso no te legitima a mentir y tirar un montón de m... encima de una afición que no es así. Como tampoco toda al afición del Madrid es como los que insultaron gravemente a Guardiola en el último Real Madrid-Manchester City de Champions. ¿A que a nadie en Madrid se le ocurrió acusar a todo el estadio de homofobia, xenofobia o cualquier otra cosa que acabe en fobia? Ni en Madrid ni fuera de Madrid. Pues eso hizo Vinícius con Mestalla apoyado por una marabunta de pelotas que tragan con todo lo que haga el Madrid o sus actores.
Por eso resulta muy gracioso que, precisamente en la semana del siguiente Real Madrid-VCF, le pregunten a Ancelotti si Vinícius debe cambiar, evolucionar, mejorar... sus actitudes sobre el césped. No me digan que no es para reírse. ¿Ahora? ¿Hoy? ¿Y el año pasado no? Porque, quiero recordar en este punto, que Vinícius fue expulsado con roja directa en Mestalla por agredir a un contrario, se puso a aplaudir en la cara del colegiado tras la roja, para después -en mi opinión- incitar a la violencia mandando a Segunda División a todo Mestalla mientras abandonaba del césped. ¿Y ahora se preguntan en Madrid si debe cambiar? Me parto la caja.
Lo que debe cambiar con Vinícius es todo lo que rodea a este niño malcriado al que, entre todos, han hecho creer que es intocable. Tienen que cambiar los que le tapan, los que le pelotean, los que le alientan a seguir así... y los que mandan. Porque, claro, aquella roja, aquel aplauso y aquella incitación a la violencia en Mestalla ¿saben como terminó?: con Vinicius indultado por el Comité de Competición. Por primera vez en la historia del fútbol español una flagrante agresión a un contrario 'transicionó' -¿se acuerdan?- a indulto. Aquello fue increíble. Pero nos demostró el país en el que vivimos y que, como en otras tantas cosas, no todos quieren ver. Lo ven pero no les interesa contar.
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