Pilar M. Maciá
Domingo, 13 de julio 2014, 00:29
Cuarenta son los años que cumple la fiesta de Moros y Cristianos desde que los 'siete magníficos' la recuperaron. Este número redondo ya forma parte de estas celebraciones, pero son muchas más cifras que marcan el auge que los Moros y Cristianos de Orihuela han cogido entre las fiestas de su género no ya a nivel provincial o autonómico sino también nacional, una declaración de interés turístico a la que podrán aspirar a partir del próximo año, cinco ejercicios después de contar con el sello turístico autonómico. Entre todos esos números destaca el más sencillo de todos, el uno. Única es la bandera de guerra que cada año oriolanos acompañan en el aniversario de la Reconquista de la ciudad por los cristianos más de siete siglos atrás. En torno a la Gloriosa Enseña del Oriol miles de almas, cuatro mil de ellas festeras, rememoran cada año las gestas de sus antepasados en batallas de leyenda y pactos históricos que evitaron el derramamiento de sangre en la que fue capital de la Cora de Tudmir.
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bandera, la Gloriosa Enseña del Oriol, que reúne a su alrededor a festeros y no festeros, oriolanos que tras más de siete siglos rememoran, entre la historia y la leyenda, la Reconquista de la ciudad para las huestes cristianas.
días de celebraciones que arrancan hoy con la ofrenda floral a las Santas Justa y Rufina, a las siete de la tarde desde la Glorieta Gabriel Miró, y que culminarán el próximo sábado con la Entrada Mora.
años. Son los que cumple en esta edición la Fiesta de Moros y Cristianos, recuperada con el trabajo de numerosos oriolanos capitaneados por los llamados 'siete magníficos'.
festeros hacen posible el mantenimiento de cábilas y cuarteles, que asisten a los actos, que desfilan tanto en las entradas como en el resto de actos organizados en torno a estas celebraciones.
bandas de música son las que aproximadamente se dan cita cada año en la ciudad, tanto las que contrata la Asociación de Fiestas para la Ofrenda, El Pájaro y el Desfile Infantil como las que pagan las comparsas.
millones de euros es el gasto estimado en inversión que se realiza por parte de comparsas, festeros, Asociación de Fiestas y Ayuntamiento, que al margen de la ayuda pone la iluminación, limpieza e infraestructuras.
kilos de pólvora se dispararán el jueves que viene por la noche durante la Guerrilla, un acto que vuelve a crecer en participación sobre todo por la incorporación femenina. Este año serán cuarenta las mujeres que disparen.
filas tomarán la salida en las entradas de los bandos de la Cruz y de la Media Luna. Tras varios años de caída en la participación se empieza a recuperar. Así, los cristianos suben de sesenta a sesenta y cinco filas mientras que las huestes moras también ascienden, de 90 a 95 filas.
De vuelta a los números, los que componen la Fiesta hoy en día son muchos más y revelan su importancia. Durante los últimos días, pero sobre todo a partir de hoy y hasta el próximo sábado los Moros y Cristianos moverán en torno a dos millones de euros entre sus dieciocho comparsas. Montaje de barracas, comidas y cenas, trajes, maquillajes, flores, sillas, a lo que se une la inversión que realiza el Ayuntamiento no solo en alumbrado extraordinario sino en otros servicios necesarios como los de limpieza o seguridad que se refuerzan en estos días.
La ofrenda floral que partirá a las siete de esta tarde de la Glorieta ya reunirá a comparsas y cargos festeros, así como a uno de los elementos sin los que los Moros y Cristianos no serían posibles: la música. En la próxima semana un centenar de bandas de música se echará a la calle para acompañar los distintos actos. El presidente de la Junta Central, Antonio Manuel García Alcocer, explica que un desfile moro reúne en torno a cuarenta agrupaciones musicales y un cristiano unas treinta. A estas se suman las que contrata la Asociación de Fiestas Santas Justa y Rufina, cuarenta puntos de música que acompañan a las comparsas en el Desfile del Oriol, en la Ofrenda Floral y en el Desfile Infantil. Estas junto con las que el Consistorio pone para los actos que organiza directamente alcanzan esa centena que supone «un tercio del presupuesto», dice García Alcocer, quien señala que «sin música no hay Fiesta».
De hecho la importancia de este elemento es tanta que mediante un acuerdo de Junta Directiva Central de hace varios años se pide a las comparsas que en las entradas contraten agrupaciones de al menos treinta componentes, músicos que a partir del 2016 tendrán que llevar chilabas para el desfile que deberán aportar las propias agrupaciones festeras, si bien la Junta Central también adquirirá propias para ayudar a las comparsas que sean embajadoras cada año. La idea ha sido dar dos años de tiempo para que puedan empezar a confeccionarse. De hecho cabe recordar que la intención de que la música resonara más fue uno de los motivos que llevó a la Junta Central a plantear un cambio de recorrido de los desfiles, variación que finalmente se ha optado por no hacer de forma definitiva.
Los números de la Fiesta empiezan a remontar después de varios años en los que la crisis la ha azotado con una considerable rebaja de componentes que no han puesto por delante otros intereses más básicos a cumplir con el pago de las cuotas de las comparsas. Esa remontada se nota, por ejemplo, en el incremento de un 10% en los kilos de pólvora que se dispararán en la Guerrilla que recorrerá las calles del centro en la noche del 17 de julio, un total de 140. En este acto hay otro aumento, el de mujeres que disparan y que este año ya alcanzará las cuarenta del total de 250 participantes en la pólvora, ya que se suman los arcabuceros con los que se encargan de los cañones.
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Pero donde más se nota que los Moros y Cristianos empiezan a salir de la crisis es en el repunte de socios en varias agrupaciones y el freno que se ha puesto en otras a la pérdida de integrantes. Antonio Manuel García Alcocer relata que queda patente en el número de filas que iniciarán las entradas de los bandos de la Cruz y la Media Luna en el recorrido que se amplía en cien metros y que permitirá que los festeros puedan disfrutar durante al menos una hora de la inversión que realizan durante todo el año. Un desfile de este tipo cuesta sobre 250.000 euros que se consumen en apenas cuatro horas. «Durante los últimos años se ha notado un goteo de festeros que por circunstancias dejaron sus comparsas, y ahora ese goteo es ascendente», dice el presidente de la Junta Central. De este modo en la Entrada Mora se llegó a contar con 105 filas hace unos años, un número que descendió hasta el año pasado a las 90. En la tarde del 19 de julio, el que cerrará los desfiles contará este año con 95 filas. Algo similar pasa en el caso cristiano, bando que alcanzó la marca de ochenta filas antes de la crisis económica y que en el 2013 se quedó en sesenta. Este año, la Entrada Cristiana del 18 de julio la completarán 65 escuadras.
A partir de hoy los números se convertirán en Fiesta y a ellos se sumarán las miles de personas que acudirán estos días a Orihuela a disfrutar de sus desfiles, una cifra que aún está sin cuantificar pero que va a más cada año.
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