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El padre Satorre muestra parte de los alimentos donados.

La campaña de los cubos de agua logra recaudar ocho mil kilos de alimentos

El párroco de Santa Justa, José Luis Satorre, dijo que servirán para ayudar a ochenta familias y no descarta repetir el próximo verano

Joaquín Andreu Esteban

Viernes, 5 de septiembre 2014, 00:55

El párroco de la Iglesia de las Santas Justa y Rufina, José Luis Satorre, hizo ayer una valoración de la campaña de cubos de agua fría realizada para conseguir alimentos para Cáritas y que ayudarán a pasar el próximo otoño a las familias necesitadas.

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El sacerdote afirmó que en ocho días se ha conseguido llenar las despensas con ocho mil kilos, que ayudarán a paliar las necesidades que pasan ochenta familias y agradeció el compromiso que han tenido los que han colaborado sin excepción, a los políticos, empresarios, periodistas que han promocionado la iniciativa, y sobre todo a los vecinos que se han acercado hasta la plaza anexa de la iglesia para aportar sus alimentos, productos de primera necesidad o donativos. Satorre describió que lo que pareció empezar como una anécdota con varios amigos retándose «ha cumplido la máxima de San Agustín de no des, date» y destacó que centenar y medio de personas han sido las que han pasado por el 'banco del agua'. También agradeció no solo los alimentos que llenan las despensas de la casa parroquial puesto que indicó que las ayudas económicas han ascendido a más de cuatro mil euros, con los que se ayudará a pagar recibos de luz y agua, comprarán material escolar o productos conforme se vayan agotando las reservas.

De igual modo dijo que las donaciones se repartirán entre las parroquias de San Antón y Santiago, San José Obrero, la Casa de la Caridad de Cáritas y las familias que acuden a Santa Justa en busca de ayuda, lo que garantiza que hasta las fechas navideñas se pueda paliar la necesidad. Satorre por último dijo que «hay quien dice que ha sido un verano seco, pero en Orihuela al contrario ha sido húmedo, pero de solidaridad» y anticipó que ya se plantea que el verano que viene pueda haber una segunda edición, «aunque antes hay otros proyectos solidarios que deben salir adelante».

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