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La imagen de la Virgen del Pilar en su periplo por las calles de Benejúzar precedida por grupos folclóricos que amenizan el recorrido con jotas.

La romería más multitudinaria

Benejúzar acoge a miles de visitantes en su santuario para celebrar la festividad de la Virgen del Pilar. El traslado de la venerada imagen en el 75 aniversario de su celebración reúne a peregrinos llegados de diversas provincias con motivo de la celebración del Año Jubilar

Joaquín Andreu Esteban

Lunes, 13 de octubre 2014, 01:25

La localidad celebró ayer una de las romerías en honor a la Virgen del Pilar más multitudinarias que se recuerdan, a la que acudieron miles de personas, setenta mil según cálculos de la organización, acaso movidos por cumplirse este año el 75 aniversario de su fundación en 1939.

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Con esta efeméride tan especial el monte de la localidad se quedó pequeño para acoger a los devotos de la pequeña imagen que como es habitual culmina cada mañana del doce de octubre su viaje de regreso al santuario del que desciende días antes para que los benejucenses le rindan homenaje, y que en esta ocasión han tenido un aliciente más al ser declarada Año Jubilar.

Desde primeras horas de una jornada en la que la climatología respetó el traslado y que propició la llegada de miles de personas de la Vega Baja y también de provincias limítrofes, los autobuses empezaron a dejar a aquellos que acuden desde fuera para asistir a la que es la romería más numerosa de la provincia después de la alicantina de la Santa Faz. Tampoco faltaron diversas autoridades ya que la consellera de Bienestar Social, Asunción Sánchez Zaplana, presidió el cortejo civil junto al alcalde, Antonio Bernabé. No quisieron perderse tampoco la romería el director general de Administración Local, Vicente Saorí, el diputado autonómico Andrés Ballester, un habitual de esta celebración, o los diputados provinciales Adrián Ballester y Mónica Lorente.

Una vez puesto pie en tierra acercarse a las inmediaciones del templo parroquial era algo más que una proeza porque en la puerta no cabía ni un alma. Eran muchas las personas de edad avanzada las que no quisieron perderse la salida desde la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, lo que ocurrió a las nueve de la mañana, cuando una lluvia de vítores, aleluyas y globos dio por anunciado que la pequeña talla se disponía a salir hacia el paraje, en un periplo realizado en poco más de dos horas.

El recorrido por las principales calles de la localidad incluso se llegó a hacer dificultoso por la cantidad de personas que precedían el trono portado por costaleros de la hermandad, hombres y mujeres que se vuelcan cada año para que todo salga a la perfección, al igual que el Ayuntamiento, que con motivo de tan especial aniversario reforzó el dispositivo de seguridad y mejoró los caminos con el reasfaltado de varios de ellos.

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Por delante abrían el cortejo otro de los elementos que singularizan esta romería como son las típicas carrozas de motivos infantiles que realizan los vecinos, en las que niños de todas las edades ataviados con el traje de mañico repartían caramelos y esparcían confeti, y que demuestra que la romería tiene cantera para celebrar muchos años más. A estas les seguía otra en la que iban las jóvenes y niñas que en este año tan especial han representado a los cargos de las fiestas.

En palabras del primer edil, la masiva asistencia que se multiplica año tras año da idea de la pujanza de la romería, que llegó a calificar como la más importante de la Comunitat. Asimismo los grupos folclóricos de la localidad alegraron la subida con sus bailes y cantos hasta los pies de la escalinata del santuario, en cuyo entorno es habitual encontrar todo un despliegue de puestos de comida y multitud de atracciones infantiles, que hacen las delicias de los más pequeños y de los jóvenes que de modo tradicional pasan la noche previa en el monte.

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Poco antes de las once las carrozas se fueron apartando de la cabeza de la romería porque el trono de la Virgen del Pilar pedía paso. A los pies del santuario los costaleros giraron, como es tradición, la base porque la imagen sube la empinada escalinata del revés, con la vista puesta en el municipio que queda a los pies de la montaña, un hecho que fue aclamado por los devotos de la virgen maña entre aplausos y vivas. Tras su llegada al templo quedó a la puerta del mismo para presidir la misa baturra que ofició el vicario general de la Diócesis, José Luis Úbeda, y tras el oficio religioso los miles de peregrinos pudieron contemplar las actuaciones de los grupos folclóricos en la que ha sido la romería con más afluencia desde hace varios años.

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