Un ambicioso plan de forestación convertirá la antigua cantera en un parque de montaña

La Sierra de Cox podrá acoger un futuro parque recreativo destinado al ocio y al deporte para la Vega Baja. El Consistorio ya prepara el borrador de un proyecto de forestación de gran parte de la ladera ubicada entre los barrancos Falasia y del Infierno. Para coordinar el aprovechamiento de esta nueva zona pública adquirida por la administración municipal se realizó ayer una visita a la que asistieron el director territorial de Medio Ambiente, Francisco Javier Sogorb, y el director territorial de Agricultura, Juan Planelles.

El ayuntamiento cojense compró hace unas semanas toda la vertiente de la sierra que colinda con el casco urbano. La adquisición se realizó a la antigua empresa que explotaba la cantera y que supone un espacio de más de tres millones de metros cuadrados. Por ello, esta infraestructura de ocio se concibe como un proyecto a largo plazo muy ambicioso, que servirá para acoger visitantes de la Vega Baja y de la provincia de Alicante. La idea es regenerar con flora la antigua excavación de piedra para dotarla de zonas de esparcimiento con sombra y crear rutas de senderismo y escalada. El concepto es similar al de la Cueva Ahumada, ubicado en la parte de Callosa de Segura pero con muchas más amplitud al disponer de una parcela plana de 250.000 metros cuadrados. A este mismo espacio se quiere trasladar la ermita de San Isidro. En esta pequeña capilla, que en la actualidad está en las inmediaciones, se celebra cada 15 de mayo una romería en honor al patrón de los agricultores.

El alcalde, Carmelo Rives, destacó que «lo que hace falta es una regeneración forestal porque muchas medidas de protección ya se encuentran habilitadas». La mercantil que gestionaba la extracción de piedra cumplió durante dos años las exigencias de la Conselleria de Medio Ambiente, que fijó una serie de parámetros para llevar a cabo una primera fase de regeneración del ecosistema.

Así la empresa dejó dispuestas conducciones de riego por goteo y aspersores, así como diferentes reforestaciones de matorrales. Incluso existe la posibilidad de reutilizar balsas de aprovechamiento de pluviales con el fin de regar las futuros árboles que se instalen en la zona.

El director territorial de Medio Ambiente abogó por plantar especies que se adapten a la pluviometría de la Vega Baja. En ese sentido, los vecinos más longevos recuerdan que la falda de la sierra se encontraba llenas de algarrobos, árboles que necesitan poca agua y que daban sustento a los animales. Esta es una primera opción y una segunda instaurar especies aromáticas. Por su parte, el delegado de Agricultura espera que a partir del próximo año se ponga en marcha un programa de subvenciones procedentes de la Unión Europea que prevé la inversión de cerca de 58 millones de euros en diferentes actuaciones forestales proyectadas hasta el 2020.

Rives destacó que «contamos con una parte importante de infraestructuras de riego, hay estaciones de bombeo, y también medidas de seguridad», aunque todavía queda por determinar nuevas acciones para evitar el impacto en el paisaje de los futuros visitantes.

Desde el equipo de gobierno se ha calculado que en la zona más llana de este espacio rocoso podría llegar a plantarse más de 25.000 árboles. En cuanto a los demás barrancos donde las máquinas excavadoras no realizaron tantas perforaciones el terreno se encuentra mucho más escarpado, «se podrían poner algunos pinos pequeños que crecen más despacio». La idea del gobierno local es dotar a este espacio montañoso con especies que aporten sombra y crezcan con relativa celeridad, si bien «durante los primeros años habrá que entrar lo menos posible para garantizar que los árboles cogen mayor robustez», afirmó el regidor.