Pilar M. Maciá
Viernes, 23 de enero 2015, 01:25
Pepa Ferrando se siente «decepcionada» por algunos responsables del Partido Popular y «traicionada» por el que ha sido su secretario general, Dámaso Aparicio. Aún así ayer, en la que fue su primera aparición pública tras cargar contra la dirección alicantina del PP y más en concreto contra su presidente, José Císcar, y la exeurodiputada oriolana Eva Ortiz, afirmó que todavía hay posibilidades de solucionar «un caos que nosotros no hemos generado» y cuestionó que el apoyo del PPCV a Aparicio sea total, pese a que la segunda de a bordo de Fabra, Isabel Bonig, lo ratificó como presidente en funciones. Ferrando dijo que está en contacto con la secretaria general de los populares valencianos y que su comunicación es «más fluida que antes de que se produjera esta situación», y dio a entender que ella misma le ha pedido que siga trabajando en el grupo municipal del PP del que de momento nadie ha pedido que salga.
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Lo que tiene claro la concejal es que pase lo que pase no va a abandonar su acta, que seguirá en el Ayuntamiento hasta el último día, y no descartó tampoco que en función a lo que ocurra en el PP ella misma pueda optar por crear un partido político, «pero cada cosa a su tiempo». Ferrando dijo estar «más fuerte» que hace un mes, y hoy mismo el apoyo que afirmó haber recibido se cuantificará en forma de las firmas recogidas y que se entregarán al PP en Valencia y en Madrid para intentar demostrar el descontento de militantes y simpatizantes con la situación que se ha creado en el seno del PP oriolano. Respecto a una posible solución indicó que es tan fácil como retirar los expedientes informativos a los cinco concejales que se fueron del Pleno sin votar la ya famosa moción que rechazaba la inclusión de imputados en las listas electorales así como el suyo. Ferrando calificó todos ellos de «injustos» y de no ajustarse además a los estatutos del PP ni siquiera a la Ley de Partido Políticos, y reiteró que es voluntad tanto suya como del PP valenciano poner soluciones sobre la mesa.
Preguntada sobre el estallido de esta crisis, propiciado por ella misma el 22 de diciembre aseguró que no obedeció a un arrebato y que sabía lo que decía y en el momento que lo decía, «porque dio pie a que se pusieran encima de la mesa las cartas» en referencia a desenmascarar a los que tenían intención de moverle la silla en cuanto hubiera oportunidad. De este modo hizo una comparación con una situación criticada durante estos casi cuatro años por el PP, como el hecho de que el alcalde de Orihuela, Monserrate Guillén, no fuera el más votado, y argumentó que «en mi partido algunos aspiran a ser presidente o candidato sin haber ganado una asamblea y sin haber trabajado por Orihuela ni por sus ciudadanos, y eso no puede ser». Ahora se abre un mes de plazo para que el Comité de Derechos y Garantías conteste los expedientes abiertos, un tiempo en el que debe llegarse a un acuerdo pese a lo enfrentado de las posturas, o a la ruptura total.
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