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Pilar M. Maciá
Domingo, 8 de febrero 2015, 00:46
El puente que durante años ha sido paso obligatorio para los oriolanos y vecinos de la Vega Baja que tienen como referencia la carretera CV-91, que discurre entre Orihuela y Guardamar, pasó ayer a la historia. Minutos antes de las tres de la tarde las grúas de grandes dimensiones que se preparaban desde el viernes para realizar el trabajo retiraban la parte más alta de este puente. El hueco resultante permitirá que por él discurran a partir de hoy mismo los trenes, primero los de cercanías y más adelante los de alta velocidad de la línea que unirá el Mediterráneo con el interior de la Península. Esta maniobra es un gran paso de cara a la finalización de una obra que afecta desde hace más de dos años a la ciudad, dado que supone el inicio del desmantelamiento de la vía por la que hasta ahora pasaban los convoyes y el uso de la trinchera que termina en la nueva estación intermodal soterrada que también ayer se puso en uso para el trayecto Orihuela-Murcia.
El primer trozo del antiguo trazado que ayer ya había desaparecido fue el necesario para dotar de una conexión por carretera con la CV-91. Se hará en la rotonda que une el barrio de Los Huertos con la Ronda de Circunvalación de Orihuela, que continuará durante un tramo que prácticamente está listo para ponerse en uso para enlazar con la vía de acceso a La Campaneta, San Bartolomé o el Hospital Vega Baja. Está previsto que el lunes se abra esta carretera aunque a mediodía de ayer no quedaba ni rastro de la vía y los operarios se empleaban en culminar el asfaltado de la rotonda y de eliminar cualquier vestigio de que por allí pasaba el viernes por la noche un trazado ferroviario.
A partir de ahora los cercanías usarán la plataforma del AVE, que todavía está sin electrificar, y llegarán a Orihuela por la trinchera por la que también pasará la alta velocidad hasta la nueva estación. Hoy mismo se restablecerá el servicio de cercanías a partir de primera hora de la mañana, según lo previsto, aunque los usuarios que fueron o llegaron ayer de Murcia ya lo hicieron en la nueva estación. El trayecto de Orihuela a Callosa y viceversa tuvo que realizarse en autobús.
Donde también se notó el corte de la carretera de Almoradí desde el mismo viernes por la tarde fue en el tráfico de vehículos que prefirieron utilizar itinerarios alternativos como el Camino Viejo de Callosa, aunque el recomendado era por la carretera de Redován. Algunos vecinos se quejaron, acostumbrados a más tranquilidad, por el paso de vehículos junto a sus casas, sobre todo a través de las redes sociales. No obstante entre hoy y mañana todo volverá a la normalidad y las obras del AVE continuarán con el objetivo de acabar lo antes posible y sobre todo con la intención de abrir cuanto antes los pasos que darán permeabilidad al casco urbano de Orihuela, alguno de ellos prácticamente finalizados como el que da acceso desde la carretera de Hurchillo a la calle Luis Barcala.
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