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Pilar M. Maciá
Viernes, 27 de marzo 2015, 01:04
Buena parte de las bases están sentadas pero el mandato municipal culmina en apenas dos meses sin tiempo material para sacar a licitación el que debe ser el Plan Director del Castillo de Orihuela. Ayer se dio a conocer uno de los trabajos más trascendentales de cara a la consecución de ese proyecto de preservación y conservación de las ruinas de la fortaleza, el levantamiento gráfico realizado por un equipo de especialistas de la Universidad Politécnica de Valencia y que permite contar con todos los datos acerca del estado de conservación de los restos o los materiales usados para su construcción, entre otras cosas.
Toma de muestras.
Se cogieron un total de 137 con el escáner láser que permitió crear un modelo tridimensional exacto de los restos y una cámara ortográfica para poder determinar los materiales o texturas usadas en la construcción.
Preservación del entorno.
El método no requiere tirar cintas ni instalar clavos en ningún punto por lo que se impidió que perjudicara al entorno.
Otras labores previas.
Formarán parte del plan director otros trabajos como la recopilación de fuentes históricas tanto árabes como cristianas o el estudio de la vegetación del Monte de San Miguel, que presenta algunos endemismos que hay que proteger.
Elena Robles y Pedro Gambín fueron los dos arquitectos que explicaron la labor realizada, tanto en el campo durante tres días como la posterior de proceso de datos. El método utilizado para la digitalización tridimensional fue el escáner láser para la toma de datos y realizar un modelo exacto de la pieza, aunque también se tomaron fotografías con una cámara ortográfica para poder determinar los materiales y texturas de los distintos lienzos de muralla o de las zonas del albacar y la alcazaba entre otras dependencias de la atalaya. El arqueólogo municipal, Emilio Diz, indicó que afortunadamente se conserva toda la planta del Castillo y que Orihuela cuenta además con un documento excepcional, el 'Cartulario' medieval dibujado «casi al natural y que se convierte en una fuente interesante que concuerda con la planimetría», afirmó. No obstante el técnico anunció «sorpresas» cuando se comience a excavar en la zona, sobre todo extramuros puesto que la fortaleza no tiene nada que ver con los castillos cristianos, sino que corona un sistema defensivo que englobaba la ciudad levantado en época Andalusí.
Conocer todo eso y encontrar esas 'sorpresas' será cuestión de tiempo, pero también de dinero. El concejal de Patrimonio Histórico, Manuel Gallud, cifró en al menos 120.000 euros el coste de un plan director como el que se pretende realizar, un proyecto que tendría que plantearse para realizar en varios años y sacarlo a licitación. De este modo lo que está claro es que quedará en manos de la voluntad política de quienes entren al gobierno municipal después de las elecciones de mayo. De momento el ecologista precisó que se han realizado trabajos previos al margen del levantamiento gráfico, al que de momento se han destinado 11.900 euros, puesto que también se han eliminado grafitis en zonas como la Puerta de la Traición, quitado vegetación próxima a los muros para permitir el escaneado y actuaciones en las murallas como la de la torre que hay entre las calles Arriba y Barrio Nuevo. Ya fuera del trabajo de campo, el arqueólogo ha adelantado el estudio de las fuentes documentales y el de la vegetación del Monte de San Miguel, puesto que cuenta con endemismos a proteger.
«Hemos adelantado esos trabajos porque un plan director no se hace con 12.000 euros, como algunos han dicho de forma maliciosa», afirmó Gallud que indicó que está pendiente también de encargar una foto aérea de alta definición que también se incluirá en el plan. A partir de ahí debe ser ese documento marco cuya elaboración estará tutelada por el Ayuntamiento el que indique las posibilidades de conservación y recuperación de la atalaya sobre San Miguel y las actuaciones a acometer.
Aumento de vandalismo
La popularidad de la subida al Castillo por parte de los oriolanos por los distintos senderos acondicionados durante los últimos años como el que rodea el Monte de San Miguel ha incrementado, según el arqueólogo municipal, el vandalismo en lo más alto de la fortaleza. De unos años a esta parte han proliferado las pintadas sobre un Bien de Interés Cultural, lo que supone un delito contra el patrimonio para sus autores. No obstante la lejanía de las zonas habitadas de los restos hace que sea difícil su vigilancia, por lo que desde el Consistorio se plantean instalar algún tipo de cartel que indique la importancia de las ruinas para intentar evitar los actos de vandalismo contra ellas.
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