J. D. ROCAMORA
Viernes, 3 de abril 2015, 02:13
El Museo de Arte Sacro incluirá dentro de poco la Capilla del Loreto en el recorrido que hacen los visitantes por el Palacio Episcopal. De esta forma se amplía la oferta cultural con el espacio en el que se gestó la Semana Santa oriolana, que nunca se había abierto de esta forma pero que una vez pasados los actos pasionales se pretende hacer visitable para todos los que quieran conocerla. De momento su entrada principal está abierta hasta el domingo para aquellos interesados que quieran saber, además, la historia de imágenes como La Soledad y El Ahogado. Una vez que pase la Semana Santa la capilla se comunicará con el Palacio Episcopal a través de una puerta lateral.
Publicidad
El pequeño templo situado enfrente de la Catedral se ha preparado como antiguamente se hacía para rendir culto y es objeto de visitas guiadas, pero también forma parte de las prácticas de varios estudiantes de Historia del Arte de la Universidad de Murcia. Estos explican a los visitantes algunos detalles del lugar y anotan en sus cuadernos estadísticas para después realizar una memoria sobre su experiencia como guías de arte. Varias de ellas estuvieron ayer en la capilla y explicaron a los visitantes que ésta se construyó sobre un antiguo cementerio, que se tuvo que dejar un atrio para enterrar a ajusticiados y personas que no podían pagarse una sepultura y que la Semana Santa oriolana tiene su origen en ese lugar o que salió por primera vez en Jueves Santo.
En la fachada principal del edificio hay un escudo con detalles sobre las cuatro principales cofradías que dieron origen a los actos pasionales. Eran las del Santísimo Sacramento, la Sangre de Cristo, la Cofradía de la Virgen de los Desamparados y la del Loreto. En el escudo no está la virgen de La Soledad, que también formó parte del inicio de la Semana Santa, de ahí que se haya trasladado a la capilla una imagen antigua de esta advocación mariana para conmemorar que pertenecía a ese grupo de cofradías. La talla que se puede contemplar, de finales del siglo XVI o principios del XVII, se encontró en las falsas de la Catedral donde permanecía guardada desde su retirada en 1819, y en su lugar se hizo otra, destruida durante la Guerra Civil.
La capilla reúne varios cuadros de imágenes religiosas del Museo Arte Sacro aunque según explicaron las alumnas de arte «en ese lugar habían esculturas tapadas por bocaportes y en su lugar hemos colocado cuadros», entre ellos dos crucificados y un Jesús atado a la columna. Pero la figura principal de la capilla es la imagen de Nuestro Padre Jesús 'El Ahogado'. El cristo que rememora a la imagen desaparecida durante la Guerra Civil. Una talla que quedó destrozada tras una riada en 1797 y que se restauró aunque en la contienda volvió a desaparecer. Alrededor de la imagen también se ha puesto un altar de culto con candelabros de las Salesas y un cojín con el escudo de Carlos María de Austria, elementos del monasterio que se exponen en el Museo de Arte Sacro.
Suscríbete a Las Provincias al mejor precio: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.