Mascotas en busca de cariño humano

La Glorieta Gabriel Miró se convirtió ayer por la mañana en el escenario adecuado para que los amantes de las mascotas pudieran conocer las actividades que realiza el Centro de Protección Animal Asoka, que organizó las segundas jornadas en contra del abandono y el maltrato animal.

Los voluntarios de este centro ubicado en la pedanía de San Bartolomé realizaron diversas acciones para concienciar a las familias, y sobre todo a los niños, de que tener una mascota es un hecho responsable «y que estas no son un juguete que luego se puede abandonar», indicó Maite López, responsable de los voluntarios que se ocupan de las instalaciones. «Sobre todo la labor de divulgación es fundamental entre los más pequeños de la casa, que a veces se encaprichan con un cachorro, luego se cansan de él y se dejan en la calle o en contenedores», explicó, mientras que recordó que en Asoka disponen de muchos animales para adoptar o acoger, sobre todo perros, que fueron los protagonistas principales de la jornada.

Así los voluntarios se dedicaron a satisfacer las curiosidades de los muchos niños que se acercaron hasta sus expositores, unos con sus perros y otros en busca de información, al tiempo que pudieron disfrutar de charlas sobre estos, pintacaras con siluetas de diversos animales y también saber que el centro no es una perrera porque no sacrifican los que les llegan «al contrario se les cuida, vacuna y coloca el chip «con lo que todos los que tenemos están a disposición de los interesados en adoptar uno», dijo su responsable.

Los perros disfrutaron de paseos con sus cuidadores dejándose mimar y tocar. Algunos de los que más curiosidad despertaron fueron los que tomaron parte en una pasarela canina. También causaron expectación los que pertenecen a la asociación Ecos, una Ong con delegación en Cox que se dedica a adiestrarlos para tareas de salvamento, búsqueda y rescate de personas ya que mostraron sus habilidades en diversas pruebas de destreza.

La portavoz de esta entidad, Mónica Rocamora dijo que este grupo de voluntarios ha colaborado en trabajos después del terremoto de Lorca del 2011 e incluso en el de Chile un año antes y que son catorce personas y seis perros los que componen un colectivo que también ofrece terapia con ellos a niños discapacitados o ancianos.