Fernando Amat
Sábado, 23 de mayo 2015, 01:18
Agua llena de bacterias y de enfermedades contagiosas. Este es el abastecimiento que reciben más de 330 viviendas diseminadas en la Sierra de Albatera. Después de treinta años construidas ningún gobierno local ni autonómico ha podido regularizar su situación. Ahora necesitan que al menos 150 afectados se impliquen para costear unas obras de conducciones y llevar el abastecimiento a Las Lomas, un paraje amplio y con muchas pendientes.
Publicidad
La asociación de vecinos se ha puesto en marcha para que desde el Ayuntamiento se dé una solución a su situación de limbo legal, carecer de un sistema de evacuación de aguas residuales y tener que nutrirse de agua de riego, que no se encuentra potabilizada, lo que supone un riesgo para la salud.
Las obras para impulsar el suministro de agua corriente a los chalés repartidos por la sierra albaterense asciende a más de 700.000 euros. Una gran cuantía si se tiene en cuenta que los afectados suman solo 336 y que los socios de la agrupación de vecinos solo ascienden a medio centenar.
Para la puesta en marcha de las obras se necesita unas potentes bombas que asciendan el agua potable a las viviendas más alejadas del Trasvase Tajo-Segura, puesto que las viviendas que se encuentran por debajo suponen menos dificultad. Así las cosas los vecinos contarían con el apoyo de la Mancomunidad de Canales del Taibilla y con la promesa, que ya tuvo hace cuatro años, del actual equipo de gobierno, que se ha vuelto a comprometer para conseguir una subvención que costee 150.000 euros del presupuesto total. Esta ayuda llegaría con la condición de que las casas se legalicen conforma a la nueva normativa urbanística de la Generalitat Valenciana. Un requisito esencial y que repercutiría a la vez en el bolsillo de los propietarios de las casas de campo, que la mayoría utiliza como segunda residencia.
El trance de regularizar estas propiedades implicaría aumentar el nivel recaudatorio del IBI para el Consistorio, puesto que las fincas ya no pagarían como terrenos rústicos sino como residenciales. En este sentido muchos vecinos prefieren ducharse con agua procedente de un embalse de riego antes que abonar una cuota que sobrepasaría los 1.000 euros. Y es que algunos ya piensan más en ponerse potabilizadoras individuales que pagar unas obras para dotar de agua. En la última década las quejas se han producido de manera espontánea, «si bien es culpa nuestra el haber dejado de la mano la exigencia de que el Ayuntamiento nos ofrezca abastecimiento como a cualquier otro barrio del municipio», comenta uno de los responsables del colectivo que durante las próximas semanas va a proceder a concienciar a más residentes de la zona, la mayoría residentes extranjeros, para que sopesen el costear agua de consumo humano.
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
La explicación al estruendo que sobresaltó a Valladolid en la noche del lunes
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.